El sector vive una fuerte demanda en grandes viajes de mayor duración
Las ventas de cruceros de más de 15 días han aumentado un 50% respecto a los meses anteriores experimentando una fuerte demanda para viajes de larga distancia, entre los que destacan: Alaska, Sudamérica, Australia y Nueva Zelanda, Medio Oriente, Japón y Asia.
En un desayuno con medios de comunicación, Juan Rodero, CEO de StarClass/Un Mundo de Cruceros ha desgranado las tendencias punto por punto los aspectos más destacables del estado actual de la industria de cruceros de lujo en España.
Las compañías de cruceros de lujo están viviendo uno de sus momentos más dulces. El aumento de los mismos tras los meses de pandemia está siendo muy reseñable y arrojando datos todavía más optimistas.
Un dato que refleja el aumento progresivo del segmento del lujo -también en la industria de las compañías de cruceros- es que del total de 86 barcos que se van a inaugurar en todo el mundo hasta 2027, el 50% del total serán de lujo y de expedición.
Cabe destacar el aumento del 50% de las ventas de cruceros de más de 15 días respecto al mismo periodo del año 2019, así como la demanda de viajes de larga distancia, como Alaska, Australia y Nueva Zelanda, Sudamérica, Medio Oriente, Japón y Asia, a pesar de que todavía limitaciones en China/Hong Kong.
En este sentido, los denominados Cruceros de Expedición, aquellos que van a la Antártida, a Groenlandia y al Ártico, Galápagos, Seychelles y Polinesia Francesa también han experimentado un crecimiento considerable, al tiempo que la media de edad desciende.
Un crucero de ultra-lujo cuesta entre 500 y 700 euros por noche, precio similar a cualquiera de los hoteles 5 estrellas GL abiertos recientemente en España. Pero con una diferencia esencial. En un crucero de estas características, todos los servicios a bordo están incluidos.
Este tipo de huéspedes buscan barcos pequeños, con pocos pasajeros y un servicio más personalizado y un ratio de atención de un tripulante por cada pasajero, lo que les garantiza ese servicio exquisito.
Desde septiembre las ventas han aumentado un 50% respecto a los meses anteriores, coincidiendo con la relajación de las restricciones para viajar impuestas por los países. Y si bien el crucerista suele ser repetidor, el número de pasajeros de los años 2022 y 2023 están siendo especialmente reseñables, debido entre otros factores, a los bonos y créditos pendientes de la pandemia.
El formato online va ganando terreno en cuanto a inspiración y búsqueda de información, a pesar de que la venta offline sigue siendo líder.
La barrera que antaño pudiera existir en este tipo de compañías con respecto al idioma -la mayoría de ellas son americanas y con público hasta ahora mayoritariamente anglosajón- es cada vez menor, gracias a las mayores facilidades de idioma que se ofrecen a bordo, así como tripulantes hispanohablantes.
Hay, sin embargo, mucho margen de crecimiento. Las ventas de cruceros de lujo siguen siendo en España minoritarias. Y, aunque bien es cierto que muchas salidas están muy llenas por la reserva anticipada de países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania (mucho más previsores que los países mediterráneos), hay todavía un desconocimiento de los mismos, pensando que los barcos de cruceros grandes son mejores, cuando es todo lo contrario.
Rodero asegura que el cliente que se embarca en un crucero de lujo y de ultra lujo por primera vez, difícilmente regresa a uno de un segmento inferior. Las propuestas de estas compañías son cada vez más exclusivas, con barcos más nuevos y suites con mayordomo y con todos los detalles cuidados al máximo, siendo la gastronomía uno de los atractivos de todas ellas. A su vez visitan destinos, cada vez más exclusivos, con accesos a puertos muy boutique, pequeños y coquetos, donde otras navieras no pueden acceder debido al calado de las mismas.
A modo de conclusión, cabe señalar el aumento creciente de este segmento, el margen de crecimiento que todavía hay en cuanto al público español, se debe a la enorme demanda por grandes viajes y más lejanos tras años de restricciones, así como el alto grado de repetición del cliente crucerista y la entrada en el negocio de nuevas marcas hoteleras que atraerán a clientes que nunca han hecho un crucero, pero sí se alojan en un hotel de lujo.