El proyecto GalataPort, abierto en 2021, ha costado 1.700 millones de dólares y brinda, a la orilla del Bósforo, una terminal de crucero, un centro comercial con cientos de tiendas, un hotel, e incluso un museo de arte moderno diseñado por Renzo Piano.
Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews nº60 – Marzo 2022
El turismo en Turquía
Durante 2019 Turquía estuvo en el top 10 de los países receptores de turismo. En 2019, viajaron a Turquía, 51.191.882 de turistas procedentes de otros países. En 2019, el número de turistas que viajaron a Turquía, aumentó en 5.423.882 personas, un 11,85%. El turismo en Turquía procede principalmente de Rusia, el 13,01%, Alemania, el 9,75% y Bulgaria, el 5,21%. Ese año fue el sexto país del ranking turístico. Tres ciudades turcas están entre los cien destinos turísticos más importantes del mundo, y entre ella destaca Estambul, que en 2019 se colocó novena en el ranking de ciudades más visitadas, con más de 14,72 millones de turistas. La mayor parte de ellos llegaron por su nuevo aeropuerto, estrenado en 2018 y diseñado como el mayor del mundo, situado en la parte europea de la ciudad, con enlaces a 146 destinos de 120 países a menos de tres horas de vuelo, gracias a su posición estratégica entre Asia, Europa y África.
Algunos de los principales representantes de la industria turística turca se muestran optimistas con 2022, para el que estiman que tendrán cifras de visitas similares a 2019.
De hecho, según ha adelantado Firuz Bağlıkaya, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Turquía (TÜRSAB), calculan que ya hay cerca de 10 millones de reservas anticipadas para 2022. Los principales mercados emisores son Reino Unido, Alemania, Ucrania y Rusia.
Inestabilidad política en Turquía
En 2013, 689.417 cruceristas visitaron Estambul en 381 escalas de buques de crucero, que atracaban en la vetusta terminal de Salı Pazarı, Karaköy. En 2014 comenzó a descender esa cifra, hasta los 518.935 pasajeros, y en 2015 ascendió a 589.314 pasajeros, en un año en el que se esperaba sobrepasar los 600.000 cruceristas, con un incremento del 45% en operaciones “turn-around”.
En marzo del 2016 un atentado del PKK kurdo en Ankara provocó 37 muertos, y el 28 de junio de ese año hubo otro atentado terrorista en la Terminal 2 del aeropuerto Atatürk Airport de Estambul, provocado 45 muertos y cientos de heridos. Si a esto le sumamos el intento frustrado de golpe de Estado en Turquía en la noche del 15 al 16 de julio de 2016 por algunas facciones dentro de las Fuerzas Armadas para derrocar al presidente Recep Tayyip Erdoğan, Turquía se vio sumida en una espiral de inestabilidad política sin parangón. Es de sobra conocido que el turismo en general, y los cruceros en particular, huyen de este tipo de coyuntura. El resultado fue demoledor: en 2017 sólo hubo 4 escalas de crucero en Estambul, y en 2018 ninguna.
El 6 de junio de 2019 atracó de en Estambul un buque de cruceros: el Seven Seas Voyager, el primero en prácticamente cuatro años, en el muelle de Sarayburnu, frente al muelle del Galata.
Ese año Estambul sólo tuvo 24 escalas de buques de crucero. Y para 2020 se esperaban 80, pero llegó la pandemia y nuevamente cesaron las llegadas de buques de cruceros.
El muelle histórico del Galata
La construcción de los muelles en la zona del Galata comenzó tras conseguir el francés Marius Michel una concesión para explotarlos durante 75 años. Los trabajos comenzaron en abril de 1892 bajo la dirección de los ingenieros franceses Duparchy y Diricq. En diciembre de 1895 se entregaron 758 metros de línea de atraque, construidos de bloques de hormigón, de 20 metros de ancho. Fue inaugurado en marzo de 1896.
En 1907 se comenzó la construcción de nuevos edificios para aduanas, oficinas de puertos, sanidad exterior, tinglados y almacenes, que ocupaban 7.000 m2.
A principios de la década de 1930 se produjo un aumento en el número de buques que visitaban Estambul, lo que provocó un gran aumento en el número de pasajeros y carga, saturando la capacidad de los muelles y terminales de pasajeros existentes. Para aliviar la congestión resultante, se realizan varios cambios en el muelle de Galata, el más importante de los cuales fue la construcción de una terminal de pasajeros. En 1936, el arquitecto Rebii Gorbon gana un concurso para el diseño de la nueva terminal de pasajeros de Karaköy. Al tratarse de un terreno ganado al mar se utilizan pilotes para sustentar la cimentación. Finalmente, la Terminal de Pasajeros abrió sus puertas el 1 de julio de 1940. Y se mantuvo operativa hasta mayo de 2014, lo que explica también en parte que 2013 fuera el año con más cruceristas de Estambul.
En 1958 se construyeron cuatro tinglados diseñados por Sedat Hakkı Eldem. Estos cuatro almacenes ocupaban una superficie de 30.175 metros cuadrados y tenían una superficie construida de 78.810 metros cuadrados, con 1.750 metros de línea de atraque, se mantuvieron en uso hasta 1987, año en el que las operaciones de carga fueron trasladadas a otros muelles en la parte asiática de Estambul, quedando todas estas instalaciones obsoletas, y con el único uso de atraque de los buques de crucero. En 1982, la zona fue declarada de interés turístico. En 1993, la Junta de Conservación declaró la zona como urbana y fue desafectada, y comenzaron los esfuerzos para reconvertirla a otros usos. Las primeras referencias a lo que luego se convirtió en GalataPort aparecen en 2001, buscando un concepto que combinara los usos culturales, turísticos y de transporte. Así, en 2004, por ejemplo, uno de los tinglados se convirtió en el Istanbul Modern, el primer museo de arte moderno de Estambul.
Adjudicación de la explotación
El primer concurso para la construcción de GalataPort fue convocado en septiembre de 2005 por la Administración Marítima turca, y lo gano un consorcio liderado por Royal Caribbean Cruises con una oferta de 3.538 millones de euros. Pero hubo un recurso contra la recalificación de los usos urbanísticos de esa zona por parte de Ministerio turco de Cultura y Turismo, para permitir la construcción de GalataPort. Los tribunales dieron la razón a los opositores al proyecto, por lo cual el concurso se anuló. Ocho años más tarde se convocó una segunda licitación para diseñar, construir y explotar GalataPort. Y el 16 de mayo de 2013 se adjudicó a Doğuş Holding (uno de los mayores conglomerados turcos, con intereses en varios sectores) con una oferta de 702 millones de dólares. El 5 de enero de 2014, se constituyó Salipazarı Port Management & Investments entre Doğuş Group y BLG Capital, una filial de Bilgili Holding, el principal promotor inmobiliario e inversor turístico turco.
Desde febrero de 2014, esta compañía comenzó sus actividades como gestora del proyecto GalataPort, que comenzó a construirse en febrero de 2015. Cuatro años más tarde, el 14 de febrero de 2018, la denominación social de la compañía cambió Galataport İstanbul Liman İşletmeciliği ve Yatırımları A.Ş.
Hubo muchos desafíos de ingeniería, pero quizás el más importante fue que GalataPort no fue construida junto al mar. Realmente fue construida en el mar, sobre antiguos rellenos.
En mayo de 2017 se hizo público finalmente el concepto de terminal enterrada de GalataPort, con rampas ocultas, de tal manera que sólo era necesario ocupar 3,5 metros de anchura de muelles cuando había escalas de buques de crucero, quedando el resto disponible para los otros usos. Y cuando no había escalas de cruceros, el 100% era de uso ciudadano.
El proyecto GalataPort supondrá una inversión para Dogus Group y Bilgili de 1.430 millones de euros, lo que le convierte en el mayor proyecto de terminal de cruceros a nivel mundial.
El diseño de GalataPort
La primera preocupación, y más en una ciudad como Estambul, fue garantizar que no había restos arqueológicos. A tal efecto, se realizaron excavaciones sin encontrar ningún vestigio histórico significativo además de los edificios históricos a proteger. Y es que GalataPort está a 500 metros de la Torre Galata, y a 900 metros de la plaza Taksim.
GalataPort está diseñado para revolucionar el perfil costero de Estambul y, a largo plazo, incluso la propia economía local. Sobre el papel, GalataPort tiene muchas de las características de los megaproyectos actuales: 100.000 metros cuadrados construidos, 250 tiendas, aparcamientos para 2.400 vehículos, un hotel de 177 habitaciones de la cadena Península, un museo diseñado por Renzo Piano, y quizás lo más importante, 1,2 kilómetros de línea de atraque que se pueden convertir en un paseo marítimo de uso público, tras haber estado inaccesible a los habitantes de Estambul durante más de 200 años. Esos muelles pueden acoger dos mega buques de crucero en operación de puerto base, más otros dos en tránsito.
Sobre el papel, la transformación de las instalaciones portuarias de Estambul debería tener un impacto parecido al que tuvo el Port Vell en Barcelona, Hafen City en Hamburgo, o Canary Wharf en Londres. Tras un concurso internacional, el estudio Dror + Gensler fue seleccionado para desarrollar el proyecto, contando con los paisajistas locales Tanju Özelgin y Arif Özden, de TO Studio, y con BAE Architects, la consultora de arquitectura e ingeniería basada en Miami especializada en terminales de cruceros (como la terminal B de Barcelona), para desarrollar la terminal subterránea y todos los flujos de pasajeros, equipajes, vehículos, etc. dentro de la misma. Los acabados interiores de la terminal de cruceros fueron obra de Autoban.
Pero además GalataPort ha supuesto una revolución al adoptar un cambio radical en la forma de concebir una terminal. Es el primer puerto subterráneo de cruceros del mundo, proyectado para poder mover 15.000 pasajeros diarios y alrededor de millón y medio anuales, mientras que el complejo será visitado por 25 millones de visitantes anuales. A medida que los barcos atracan, una parte del pavimento gira 90 grados gracias a un accionamiento hidráulico, como una escotilla, para dar acceso a rampas que descienden hacia el control de aduanas y pasaportes, y al mismo tiempo estas aceras móviles tienen un uso secundario como barreras de seguridad para restringir el acceso a la zona portuaria. Este sistema para abrir la línea de atraque a un uso ciudadano cuando no hay buque se había usado anteriormente con éxito en San Francisco. En lugar de una terminal “icono” arquitectónicamente hablando, el puerto de GalataPort está construido hacia abajo, con la inspiración de las monumentales cisternas de Estambul, pero como si fuera realmente un estacionamiento subterráneo. En sentido estricto, las funciones de una terminal de cruceros son relativamente sencillas: control de seguridad, gestión de equipaje, y expedición al aeropuerto; o bien, si se trata de una escala en tránsito, control de seguridad, y ordenación de los pasajeros en las excursiones facultativas hacia los autocares. La concepción subterránea de GalataPort no es incompatible con ninguna de estas funciones. Hay cinco rampas móviles que unen la terminal y el muelle, además de 32 puestos de control de pasaportes, 22 tornos de control de tarjeta para embarcar, 22 escáner, etc.
Este concepto será utilizado por primera vez a nivel mundial. Los pasajeros que lleguen a Estambul descenderán por la escala del buque al muelle, y entraran en una rampa que los llevará a la zona de control de pasaportes y los trámites aduaneros en área terminal del muelle ubicados bajo tierra. No hay fingers, ni pasarelas, lo que da al complejo una limpieza arquitectónica encomiable. Sin embargo, el complejo está dotado de 89 ascensores y 37 escaleras mecánicas.
Se crea así un área que cumple con el código ISPS de 2002 sobre seguridad portuaria, y crea una zona aduanera libre de impuestos utilizando una valla móvil compuesta de 176 piezas de 3 metros de alto, gracias a un sistema de actuador rotativo hidráulico.
Esta área estará abierta antes de que atraquen los cruceros y el público podrá disfrutar de la costa. Durante el atraque de los cruceros, los actuadores giratorios hidráulicos se operan desde un control remoto para crear un área libre de impuestos.
Las áreas de restauración y galería comercial del proyecto están ubicadas en la antigua Oficina de Correos, que fue restaurada. El número total de puntos de venta al por menor, y de restauración previstos en el ámbito del proyecto es de 93 tiendas, 21 locales de restauración, dos restaurantes a la carta, un supermercado, siete cines, etc. La superficie total alquilable destinada a locales comerciales y de restauración es de aproximadamente 52.000 m2, incluyendo circulaciones. GalataPort no solo renovó el edificio de correos, sino que restauró minuciosamente cada teja de pizarra del tejado, unas 25.000, y toda la estructura metálica de comienzos de siglo XX.
Tres edificios protegidos, Merkez Han, Karakoy Passenger Terminal y Çinili Han, también están siendo restaurados para servir como sede del hotel Peninsula Istanbul, situado junto al centro comercial, de 177 habitaciones, de la prestigiosa cadena Peninsula Hotels, presente en sólo diez ciudades en el mundo, y que ha entrado en el proyecto no solo como operador, sino también como inversor del 50% de hotel. El Peninsula Istanbul también dispondrá de una galería comercial de 750 m2, con nueve tiendas de marcas de lujo.
Costa Cruceros es el armador que mas fuerte ha apostado por GalataPort, basando el Costa Venecia en sus muelles desde mayo de 2022 a mayo de 2024.
La plaza Tophane ha sido reconstruida dentro del alcance del proyecto y transformada en una de las más importantes de Estambul. Es el nexo de unión, dentro de GalataPort, del museo Istanbul Modern Museum, según un proyecto de Renzo Piano (el arquitecto del Centro Botín de Santander) y del Museo de pintura y escultura de la facultad de bellas Artes de la Universidad Mimar Sinane de Estambul. En esta plaza se restauró una torre con reloj construida en 1848, y cuya centralidad en la plaza es una de las señas de identidad del proyecto. La plaza se mantendrá viva y vibrante con un programa de eventos que abarcará campos como el arte, el diseño y la moda durante todo el año, y se convertirá en un punto de atracción tanto para los habitantes de Estambul, como para los turistas.
Volviendo a la terminal de cruceros, el enterrar el edificio, es una consideración inteligente y práctica que respeta el tejido urbano. Cada proyecto de infraestructura de este tipo se concibe como una puerta de entrada monumental, y muchas veces sin un punto de vista más amplio sobre su impacto en el tejido urbano, incluso sobre el “sky-line” de una ciudad, que es muy sensible. Quizás GalataPort está en un nivel más evolucionado de urbanismo, donde prima la ciudad y el uso sobre el monumento. Es posible hacer cosas que tradicionalmente solo se hacen de una manera.
Los arquitectos vieron este desgarro en el tejido urbano y lo volvieron a tejer: continuando los ejes de la ciudad, fueron sensibles a la altura de los edificios y al ritmo de diseño a escala humana. Hicieron de Estambul la joya, la estrella, con el concepto de terminal de cruceros enterrada, en lugar de cualquier volumen de cristal soñada por un arquitecto estrella. GalataPort es un diseño sin ego.
Un complejo sostenible gracias a la tecnología
Uno de los criterios del proyecto era su compromiso medioambiental. El resultado ha sido muy satisfactorio. El lote de Salipazari, donde está ubicada la terminal de cruceros, fue calificado con un certificado “American Green Building Certificate LEED Gold”, y los edificios de la zona de Karaköy merecieron un premio “British Green Building Certificate BREEAM Excellent Target”.
Tanto en la fase de diseño, como en la de construcción, todos los implicados desempeñaron un papel muy importante para asegurar el reconocimiento externo de la sostenibilidad del proyecto. Se tomaron todas las precauciones y acciones para mejorar la eficiencia energética, reducir el consumo de agua y reducir las emisiones de carbono. También se implantó la recuperación de aguas grises, así como la reducción del efecto isla de calor mediante la instalación de cubiertas verdes.
La sostenibilidad durante la fase de construcción fue igualmente importante, desde el tratamiento de los escombros y sedimentos in situ, hasta el uso de materiales locales y reciclados, así como la elección de materiales y químicos que no fueran dañinos para el hombre y la fauna. Finalmente, se instaló un sistema de control y monitorización del medio ambiente y también sobre el impacto social de las obras del puerto como el ruido, concentración de partículas PM10, polvo sedimentado y la medición continua de la calidad del agua de mar.
Al ser la terminal subterránea, otro de los criterios a tener en cuenta fue el aumento del nivel del mar. En Estambul, el nivel del mar ha subido en los últimos 100 años entre 30 y 35 centímetros, pero GalataPort ha sido construido para poder soportar tres metros de aumento del nivel del mar. Y todos los edificios utilizan agua de mar como refrigerante, para una mayor sostenibilidad.
Una construcción larga y difícil
El Proyecto se dividió en dos paquetes: Salıpazarı y Karaköy, que en un principio fueron dos licitaciones diferentes, aunque finalmente se adjudicaron ambas a la constructora italiana Trevi, que trabajo más de tres años sobre el terreno en este proyecto.
El proyecto incluido en la licitación fue estudiado en profundidad por los ingenieros de la oficina de desarrollo de Trevi, quienes propusieron varias mejoras técnicas y soluciones alternativas, lo que supuso una estrategia de proyecto más sostenible y un ahorro de costos para el cliente. Por lo tanto, Trevi actuó como contratista principal y diseñador de propuestas para todos los trabajos de ingeniería geotécnica.
Las difíciles condiciones hidráulicas y geotécnicas del terreno, su riesgo sísmico, la presencia de edificios históricos que necesitan ser reforzados, la reconstrucción simultánea del muelle por parte de otros contratistas y las operaciones portuarias que se mantuvieron, a menor escala, mientras se construyó GalataPort, requirieron tecnologías punteras en las cimentaciones.
El paquete Salıpazarı incluía la construcción de una terminal de cruceros subterránea, para lo cual fue necesario excavar toda la parcela de 65 000 m2 hasta aproximadamente 15 m bajo el nivel del suelo (13 metros bajo el nivel del mar). El pavimento en la parte superior de la terminal fue diseñado también como paseo marítimo, con senderos para caminar. Los trabajos de cimentación incluyeron la ejecución de un muro pantalla anclado de 1.200 mm de espesor, que se ejecutó tanto con cuchara mecánica, como con hidro fresa; una mejora masiva del terreno contra las filtraciones de agua, con más de 100.000 m de columnas de piedra y 250.000 m3 de suelo tratado; una cimentación por pilotes compuesta por pilotes perforados de 1.000 mm de diámetro y la implementación de un sistema de drenaje para toda la parcela.
Estambul y Antalya son el tercer y el cuarto destino europeo más importantes, respectivamente. Antalya, la capital turca del turismo, ocupa el duodécimo lugar a nivel mundial con 13,3 millones de turistas en 2019.
El paquete Karaköy, además de la construcción de su línea de atraque correspondiente, consistió en la rehabilitación de cinco edificios existentes, mientras que los edificios no protegidos fueron demolidos. Las obras de cimentación dentro de esta parcela consistieron en un muro pantalla de pilotes secantes de 1.000 mm de espesor, que se ejecutaron con cuchara mecánica; un sellado hidráulico del fondo para reducir el flujo de agua subterránea durante la excavación y los posibles asentamientos de edificios adyacentes, ejecutado por columnas superpuestas de inyección de doble fluido de 2.000 mm (45.000 m3 de suelo tratado); y una mejora del suelo tipo celosía contra la entrada de agua subterránea, compuesta por columnas elípticas (50.000 m3 de suelo tratado) y malla de micropilotes de tracción permanente contra levantamiento. En lo que respecta a los edificios históricos que se conservaron, los trabajos de cimentación correspondientes debían realizarse desde el interior de los mismos, con altura libre reducida y consistían en una mejora masiva del terreno mediante lechada de un solo chorro de fluido (40.000 m3 de suelo tratado) y apuntalamiento estructural mediante micropilotes (2.000 m), para permitir la excavación de un sótano parcial bajo la cimentación existente.
En ambos lotes, Salıpazarı y Karaköy, Trevi instaló un sistema de control masivo para mantener bajo control el movimiento y las fuerzas que actúan sobre los diferentes componentes del sistema de cimentación, el terreno circundante y los edificios existentes. Todas las actividades enumeradas anteriormente se ejecutaron casi simultáneamente, lo que trajo dificultades adicionales al proyecto.
Primeras escalas en GalataPort
La primera escala de un buque de cruceros iba a estar protagonizada el 25 de septiembre de 2021 por el Eurodam de Holland America Line.
Sin embargo, el buque holandés anuló y el honor de ser el primero recayó en el SeaDream II, que escaló el viernes 1 de octubre de 2021, con alrededor de 150 pasajeros y tripulación, proveniente del puerto búlgaro de Varna, en el Mar Negro. La escala, que incluyó operaciones de “turn-around”, duró dos días antes de zarpar rumbo a Burgaz, Bulgaria. El siguiente cliente de GalataPort fue el Viking Sky, que llegó de Kuşadası, el 15 de octubre con 500 pasajeros. El buque zarpó el 18 de octubre con un nuevo rol de pasajeros rumbo a Kuşadasi. El 10 de noviembre le llegó el turno al buque británico Spirit of Discovery, armado por Saga Shipping.
En 2021 estaban programadas sólo once escalas, pero en 2022 hay 321 escalas programadas en GalataPort, 88 de las cuales usarán Estambul como puerto base. La primera escala de 2022 la protagonizó el 5-6 de enero el Viking Sky. El siguiente cliente de GalataPort será el Europa el 18 de marzo de 2022. Queda por comprobar el impacto de la invasión de Ucrania en las escalas desde Estambul. El principal resultado ha sido la anulación de los cruceros por el Mar Negro, pero la mayor parte de las escalas se integran itinerarios por el Egeo, con puertos en Asia Menor y el Egeo. Además, Turquía es miembro de la OTAN. Al día de la fecha, está por ver el alcance real de la guerra en los cruceros por el Mediterráneo Oriental.
En abril hay programadas trece escalas, incluyendo escalas dobles el 15 de abril, con el Norwegian Jade y el Insignia; y el 24 de abril, con el Seabourn Encore y el Mein Schiff Herz. El Seabourn Encore estará basado este próximo verano en Estambul brindando cruceros de 7 noches Estambul-Pireo.
Hasta 2015, el muelle de Karakoy fue el único punto en Estambul donde atracaban los buques de crucero. Durante la construcción de GalataPort, no ha habido ningún muelle en Estambul donde pudieran atracar los cruceros.
La primera escala cuádruple en GalataPort se producirá el 7 de mayo, día en el que coincidirán el Viking Sky, Star Clipper, Star Pride y Celebrity Reflection. El 3 de julio habrá una escala triple, con el Seabourn Encore, el Costa Venezia, y el Oosterdam.
Pero la apuesta más importante por Estambul es sin duda alguna la de Costa Cruceros con el Costa Venezia. Este buque, tras su salida del mercado chino, ha sido basado por la naviera de Génova hasta 2024 en Estambul. Durante el próximo verano ofrecerá 30 cruceros de 7 noches al Egeo. A partir de noviembre de 2022, y hasta abril de 2023, brindará 14 salidas de 11 noches a Egipto y Tierra Santa. Esta programación se repetirá en el verano de 2023, y en el invierno 2023-2024.