Partimos rumbo a Grecia un lunes de Abril para embarcarnos en el Costa Neoriviera, un barco pensado para españoles, con una atención especial en nuestro idioma, tripulación y excursiones con guías de habla hispana, gastronomía mediterránea y espectáculos en español, como los más divertidos monólogos, el famoso programa concurso “La Voz” y “Tu si que vales” o “Peppa Pig” para los más pequeños.
El Neoriviera realiza un atractivo itinerario por el Mediterráneo oriental partiendo de Atenas y con escalas en Míkonos, Santorini, Cefalonia y Dubrovnik para culminar el viaje en “la reina del Adriático”, La Serenísima, la bella ciudad de Venecia, donde tendremos la oportunidad de pasar noche. El viaje incluye los vuelos con Iberia desde Madrid a Atenas y el regreso desde Venecia.
A la llegada al aeropuerto, Costa nos ha organizado un traslado en autobús hasta el puerto del Pireo en un trayecto de aproximadamente 60 minutos donde nos espera el Neoriviera. Tras embarcar e instalamos en el camarote, vamos a conocer el barco y sus instalaciones. En poco tiempo te sientes como en casa, ya que es un barco no muy grande en el que resulta fácil conocer todos los recovecos de las cubiertas principales, familiarizarte con otros huéspedes y con la tripulación, que te atiende amablemente por todos los rincones.
Por la noche, una deliciosa cena en el restaurante SaintTropez y un cocktail en el Club Portofino.
Al día siguiente realizamos la visita a Atenas y la Acrópolis organizada por Costa.
Comienza la visita en el Odeón de Heródes Atico, uno de los más impresionantes de los antiguos teatros griegos, que se encuentra ubicado a los pies de la Acrópolis.
Después de la entrada por “Los Propileos” en el lado derecho encontramos El Partenón, principal edificio de todo el conjunto y el monumento más grandioso de la Atenas de Pericles, consagrado a la diosa Atenea Partenos, cuyo nombre significaba “la reina del cielo”, diosa de la sabiduría y las artes. En su interior albergaba la gran estatua de Atenea realizada en madera revestida de marfil y oro de 12 metros de altura, también obra de Fidias.
Al lado izquierdo se encuentra el Erecteion. En la fachada sur podemos ver la Tribuna de las Cariátides. En la actualidad todas son copias, 5 de las originales se encuentran en el museo de la Acrópolis y las sexta en el museo Británico.
Míkonos
Descendemos del barco para ir hasta Mikonos Town, una ciudad con muchísimo encanto, formada por estrechas callejuelas y encantadoras casitas blancas con puertas de colores y balcones repletos de flores. Por la tarde, vamos visitar las playas de las que tanto nos han hablado, sin duda de las mejores playas de Grecia.
Algunas de las que pudimos visitar: Ornos, Paranga o Paradise Beach.
Aprovechando esta larga escala, ya que el barco sale a las 23.00, fuimos a contemplar el atardecer de Mykonos desde una terracita de la Pequeña Venecia, con los molinos al fondo, como si fuera una imagen de postal y calendario. Después nos volvimos al barco para disfrutar de la cena en el restaurante St. Tropez.
Santorini (Thira)
Ante nuestros ojos, unos inmensos acantilados desnudos que caen en picado sobre el mar, coronados por pueblos blancos, un cielo sin rastro de nubes y un mar de intenso azul, así era Santorini, con esa inmensidad luminosa que inspiró a Henry Miller cuando recorrió Grecia y escribió algo así “uno siente el deseo de bañarse en el cielo, librarse de la ropa, correr y, de un salto, sumergirse en el azul y flotar en aire como un ángel”.
Bajamos del barco y después de tomar un teleférico que nos llevó directamente al pueblo principal, Fira, decidimos visitar Oia, típico pueblecito con casas de un blanco impoluto y cúpulas de intenso azul añil. La calle principal, llena de tiendecitas, galerías de arte, restaurantes y cafés. Justo al final de esta calle, hay un pequeño mirador desde el que se puede contemplar la caldera con unas impresionantes vistas. Partimos a las 14.00 hrs. Volvemos al barco aprovechando el día soleado para tomar el sol en la piscina y disfrutar del jacuzzi en la cubierta.
Argostoli (Cefalonia)
Cefalonia es una isla verde y montañosa. Es menos turística que las visitadas anteriormente. Al parecer Cefalonia tiene playas espectaculares, entre otras, la famosa playa de Myrtos y algunas calas escondidas accesibles únicamente en barco. Como la escala en Cefalonia es corta y el día es poco soleado, decidimos hacer la excursión al lago subterráneo de Melissani. Aproximadamente a 40 minutos de distancia desde Argostoli. Un terremoto en el año 1953 dejo al descubierto este lago subterráneo, quedando derrumbando parte del techo de la cueva y por donde accede la luz del sol que se refleja en el agua los días soleados
De vuelta al barco sobre las 14.00 horas partimos rumbo a Dubrovnik.
Esta noche nos vestimos para la ocasión, pues el Neoriviera nos ofrece la cena especial del Chef Barbieri. ¡Realmente deliciosa.!
Dubrovnik
Desde el puerto, Costa ha dispuesto un autobús lanzadera al centro de la ciudad. Nos adentramos en la ciudad amurallada con hordas de turistas. Los más de mil años de historia de Dubrovnik están presentes en cada rincón de esta ciudad. Verdaderamente es una ciudad museo en un escenario natural sobrecogedor.
Dubrovnik es una ciudad que fascina, de la que uno se enamora y despierta el deseo de regresar para descubrirla en diferentes horas del día o de la noche, o en distintas estaciones del año. La escala se nos ha quedado un poco corta esta vez para conocer tan maravilloso lugar, pues nuestro barco sale a las 14.00 hrs. Nos despedimos de Dubrovnik con la firme promesa de volver.
Venecia
La llegada al puerto de Venecia se realiza a través del canal de la Giudecca, pasando muy cerca de la famosa plaza de San Marco y del Palacio Ducal. Desde la cubierta del barco las vistas son insuperables.
Los canales repletos de góndolas, sus monumentales edificios históricos, su gastronomía e incluso sus productos artesanos como las máscaras de carnaval o el cristal de Murano, hacen de esta ciudad única en el mundo, un lugar mágico. Además, el Neoriviera hace noche en Venecia, lo que nos permite pasear tranquilamente por la ciudad al atardecer y durante la noche. ¡Ha sido un fin de viaje redondo.!