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REPORTAJESArtículosChárter de buques de cruceros, un nicho de mercado desconocido en España

Chárter de buques de cruceros, un nicho de mercado desconocido en España

Un chárter en un crucero ocurre cuando una sola entidad o grupo adquieren parte o la totalidad de los camarotes de un buque de crucero. La mayoría de las veces, ese chárter implica que un grupo alquile un barco con el propósito de tener su propia navegación privada.

Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews nº70 – Septiembre 2024

Charter

El caso más conocido, aunque no el único, es cuando el chárter está relacionado con el propósito de ofrecer un crucero temático. Además, las empresas o instituciones pueden también organizar un chárter. Otras veces, los buques se chartean para no navegar, y convertirse en hoteles flotantes, tal como ocurrió por ejemplo en Barcelona 92.

Estos viajes no están disponibles para reservar directamente a través del armador, pero a veces se pueden adquirir a través del grupo que organizó el chárter. Los chárter a menudo suponen diferente etiqueta, horario y entretenimiento a bordo, incluidos eventos especiales o el cierre de ciertos locales, siempre de acuerdo con el contrato entre la entidad que organiza el chárter y la naviera.

Tipos de chárter
Según el número de personas que disfrutan del chárter, el fletador puede optar por un chárter del buque completo. En esta modalidad, una empresa o entidad, generalmente una corporación o un importante grupo de interés especial, negocia con el armador del buque para disfrutarlo en exclusiva entre dos fechas del calendario, sin que puede ser comercializada por la naviera en sus canales de venta habituales. Para posibilitar esta opción el cliente potencial puede usar un bróker. El más importante es Landry & Kling, que está en el mercado desde 1982. Por ejemplo, en 2016, solo con el grupo NCL Holdings, realizó hasta seis operaciones “full chárter”:

• El Regent Seven Seas Mariner fue fletado para un programa de incentivos corporativos en Alaska por siete noches.
• El Riviera fue fletado por ocho noches, que Landry & Kling dividió creativamente en dos cruceros de incentivos corporativos diferentes de cuatro noches cada uno, navegando por el Caribe entre Miami y San Juan.
• El Norwegian Getaway fue fletado por 40 noches como hotel flotante durante las Olimpiadas de Rio de Janeiro de 2016.
• El Norwegian Pearl fue fletado durante cuatro noches en un crucero temático sobre música reggae con escala en Jamaica.
• El Norwegian Escape estuvo fletado durante un crucero de tres noches por las Bahamas a Helms Briscoe, un socio estratégico de Landry & Kling, cuyo cliente corporativo solicitó un programa de incentivos para más de 4,000 candidatos calificados.

Charter

Si el grupo no es lo suficientemente grande para disponer de un buque en exclusiva, existe la opción del “part chárter” o fletamento parcial de buques: técnicamente, se trata de bloquear un número notable de camarotes para un grupo grande en un itinerario que, por lo demás, está abierta al público. Estos grupos tienen que cumplir con un mínimo: Carnival requiere una reserva mínima de 16 pasajeros, por ejemplo. Muchos cruceros temáticos más pequeños, o más especializados, son chárteres parciales, en los que los participantes comparten el barco con los pasajeros habituales. Las grandes navieras ofrecen canales especiales para reservar, ya sea corporativo, de grupos de interés especial, o incluso grandes grupos familiares, que suelen incluir tarifas reducidas de camarotes, asistencia con la planificación de eventos privados a bordo, etc.

En atención a la naturaleza del grupo, pueden ser de tres tipos. El grupo preformado es aquel en el que los pasajeros son miembros de un club, una asociación, etc. Estas organizaciones se comunican regularmente con sus miembros, y programan eventos regulares para que sus socios los compartan. Puede tratarse de un colegio profesional, una asociación de antiguos alumnos, etc. Son particularmente populares en Estados Unidos. Son también conocidos como grupos de afinidad o de promocional (o de reventa). La organización que fleta el barco tiene la intención de revender la totalidad o una parte de los camarotes a consumidores que comparten un interés común. Aunque también ha habido casos con una reventa general a consumidores no relacionados. Por lo general, el cliente crea una programación única a bordo, con la intención de cobrar una prima, un plus, por la oportunidad exclusiva. 

Un chárter de barco completo de una empresa como incentivo es lo último en privacidad, exclusividad y personalización, ya que ofrece un recuerdo único y duradero que seguirá motivando a sus empleados o clientes durante mucho tiempo. Es sin duda alguna la mejor escapada de incentivo

Los principales programas de afinidad son:
• Música y entretenimiento. El Oosterdam ofreció el 18 de agosto desde El Pireo un chárter completo, que reunía a entusiastas de la música irlandesa de todo el mundo, fletado por Gertrude Byrne Promotions.
• Modo de vida. Este agosto salieron de Barcelona dos “full chárter” de esta categoría: la agencia californiana Atlantis Events, especializada en cruceros para el colectivo LGTB, ofreció dos fletes a bordo del Resilient Lady. Ambos están completos.
• Religioso. Entre 1960 y 1976, los dos trasatlánticos de Ybarra, el Cabo San Vicente y el Cabo San Roque, fueron fletados para peregrinar a Tierra Santa.

Otro tipo de grupo es el especulativo o promocional. En este caso, los pasajeros no se conocen entre ellos, ni comparten un interés común. A sus pasajeros solo les une el deseo de hacer un crucero concreto. Por ejemplo, una agencia de viajes bloquea una serie de cabinas en una salida específica, obtiene un precio muy especial, y luego lo promociona en distintos ámbitos, revendiendo las cabinas. Son más difíciles de vender y requieren más tiempo, dinero y promoción. 

En algunas ocasiones, el fletador intenta reducir su público objetivo y puede parecer un grupo preformado. La frontera entre ambos no siempre está perfectamente definida. Uno de los reclamos en este tipo de flete es contratar un embajador conocido del público.

El ultimo tipo de flete, generalmente del tipo “full chárter” es el corporativo, generalmente relacionada con un incentivo. La principal diferencia con los anteriores es que el pasajero no paga, no tiene cargo alguno. El importe del flete lo satisface una empresa con objeto de obsequiar a proveedores, empleados o clientes con la experiencia de un crucero marítimo (o fluvial), que también lleva aparejada la asistencia a algún tipo de reunión o encuentro, etc. En este segmento, la competencia es feroz: un “full chárter” de una empresa para motivar a sus empleados a obtener mejores resultados es un caramelo muy dulce para todas las navieras.

Los principales cruceros de incentivo pueden incluir:
• Congresos y convenciones.
• Lanzamientos de productos.
• Programas de incentivos.
• Ferias comerciales.
• Aniversarios corporativos.
• Promociones para el consumidor.

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En 2009, antes del lanzamiento del Panamera, Porsche, fletó el Crystal Serenity a Crystal Cruises para la formación integral de más de 1.800 concesionarios de todo el mundo. Cientos de subcontratistas vaciaron por completo la cubierta y los salones públicas de Crystal Serenity para poder alojar cinco Porsches y miles de equipos especiales, repuestos, piezas, etc. casi como salas de exhibiciones para una capacitación intensiva. Crystal Cruises y Porsche planearon itinerarios circulares de tres días desde Barcelona para cinco grupos de 350-400 concesionarios de Porsche. Mientras navegaba era un centro de formación flotante donde los concesionarios podían absorber todas las especificaciones del Panamera, mientras disfrutaban de las instalaciones del buque. Los pasajeros solo desembarcaron del Crystal Serenity en Marsella para poder probar el Panamera en St. Tropez.

Planificación de un “full chárter”
Uno de los principales criterios a tener en cuenta en un chárter es la planificación. Un año de anticipación es el plazo mínimo. Por ejemplo, Royal Caribbean International no suele tener en cuenta las peticiones de “full chárter” realizadas con un plazo menor de 12 meses respecto a la fecha de salida solicitada.

Algunos estudios indican que un “full chárter” es un 30% más barato que un evento comparable en un resort de tierra.

Este plazo previo va a ir a más. La mayoría de los cruceristas reservan con anticipación, mínimo un año, y en algunos casos hasta dos o más. En el caso de los “full chárters” de reventa, lo mejor para el fletador es disponer de tiempo suficiente para promocionar el chárter. El coste de indemnizar/desplazar a los cruceristas que ya han reservado para una fecha concreta será un factor importante para cualquier negociación con la naviera y, por lo general, este factor será menor si el chárter se contrata con más tiempo. Para maximizar el beneficio del “full chárter”, el número de participantes debe ser aproximadamente la capacidad del buque considerado. En caso de que el “full chárter” no consiga un nivel de ocupación del 100%, el fletador puede incrementar sus ingresos al ser responsable de los ingresos a bordo, que generalmente son muy jugosos. El fletador es el responsable de determinar el modelo de precios en un crucero de reventa de barco completo. Además, en Estados Unidos, el paraíso del “full chárter”, debido a las regulaciones antimonopolio, las navieras no pueden asesorar legalmente al fletador sobre cómo fijar el precio de los camarotes en un “full chárter”. Los precios minoristas vigentes se pueden usar como guía, pero realmente son una instantánea de los precios en un día en particular.

El precio del “full chárter” está basado en el producto estándar de la naviera. Cualquier cambio solicitado en la operación estándar puede afectar a la tarifa de fletamento o resultar en tarifas incrementales. Si el flete implica el cierre de alguno de las fuentes de ingreso a bordo de la naviera, como por ejemplo casino, subastas de arte, bingo, etc. el flete será más caro. etc.

Un “full chárter” que implique un itinerario personalizado afecta el consumo de combustible, las tasas portuarias, etc. Y este hecho se verá reflejado en el precio del “full chárter”. Un cambio de itinerario más complejo, que implica la creación de un itinerario singular para el “full chárter” también se puede considerar. Por ejemplo, se puede generar un itinerario de un “full chárter” uniendo cruceros cortos, creando un itinerario de siete noches combinando dos salidas de tres y cuatro noches; o hacer lo inverso, crear un itinerario corto dividiendo un itinerario de siete noches en dos salidas (una de 3 noches y otra de 4 noches), siempre que el armador esté dispuesto a vender el itinerario restante. Si bien este tipo de cambios son posibles, se pueden aplicar al fletador costos significativos para este tipo de cambio de itinerario y siempre es mejor programar un “full chárter” sobre un itinerario existente.

Otro de los condicionantes es el puerto base. No es recomendable programar un “full chárter” cambiando el puerto habitual de salida del buque. En el caso que sea necesario, el fletador tiene que asumir los costes significativos que esta situación supone; en alguna ocasión incluso ha imposibilitado el flete. Este tipo de personalización de itinerarios suele tener coste elevado.

Otras posibilidades de personalizar el crucero son:
• Cambio de menús (Halal, vegetarianos, etc.). Menús impresos personalizados.
• Eventos de comida y/o bebidas especiales.
• Ocio personalizado.
• Servicios especiales como fuegos artificiales, sobrevuelos, pancartas, decoraciones, señalización digital, etc.
• Entrega de productos especiales a bordo durante el “chárter. Merchandising especial.

Requisitos financieros de un “full Chárter”
Aunque los términos de un flete suelen ser confidenciales, el coste de un “full chárter” de un buque de cruceros de más de 1.000 camarotes costará por encima de un millón de euros cada semana. Ante el lucro cesante que un flete de este tipo, las navieras se blindan con instrumentos como cartas de crédito stand-by irrevocable (LOC) emitidas por el banco del cliente y confirmada por un banco designado por la naviera de cruceros, para asegurar la capacidad del cliente para cumplir con los términos del contrato. Si el banco del cliente tiene una calificación BBB o superior tanto por S&P como por Moody’s, no se requiere una confirmación.

Como beneficiario, el armador puede recurrir a la LOC para cobrar el pago en caso de que el cliente incumpla el contrato. La LOC se requiere desde la firma del contrato y se mantiene hasta 60 días después de la salida para garantizar que se paguen todos los gastos, incluyendo los posibles daños en el buque. La LOC se reduce cada vez que se recibe un pago, pero se mantendrá en un umbral mínimo hasta la fecha de vencimiento acordada.

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La carta de crédito es necesaria con un programa de fletamento completo de barcos porque la naviera de cruceros pierde toda la capacidad de comercializar y vender la salida fletada una vez que se firma un acuerdo. En caso de que el cliente incumpla el contrato, lo más probable es que el armador no tengo la capacidad de llenar el buque y sufra pérdidas financieras significativas. Este mismo año, el Renaissance, de la Compagnie Française de Croisières (CFC) había sido fletado como hotel flotante para la Copa de África de futbol. El fletador no cumplió el contrato y el buque estuvo fuera de servicio durante seis semanas, atracado en Marsella. El fletador que había firmado el ”full chárter” del Renaissance no respetó sus obligaciones contractuales y financieras, y CFC no tuvo tiempo de vender los cruceros programados, en plena temporada baja. CFC además emprendió acciones legales en los tribunales competentes. En el Mundial de Sudáfrica, también Holland America se encontró en una situación similar, con dos buques vacíos en plena temporada alta. Los armadores están preocupados ante un posible incumplimiento de un fletador en el caso de un chárter de barco completo. Si bien las posibilidades de verse afectado por una situación como esta son escasas, puede suceder, y el armador trata de blindarse.

Un chárter de buque completo debe planificarse con al menos un año de antelación

Si bien la mayoría de las compañías que fletan barcos planifican sus cruceros con la mayor anticipación posible, no es del todo raro que otros negocien con las líneas de cruceros para hacerse cargo de un barco después de que ya se haya abierto a la venta al público. Cuando un fletador potencial se acerca a un armador para preguntar sobre un viaje que ya ha recibido reservas, la naviera evaluará sobre todo el negocio presente en sus libros de reservas, y como de lleno está el barco.

Por ejemplo, Carnival monitorea de cerca los viajes para minimizar cualquier impacto para los pasajeros actualmente reservados antes de permitir que se flete un barco. Royal Caribbean, por su parte, destaca que no consideran un chárter de barco completo si la salida ya está reservada en más del 25%.

Aunque es raro, todas las navieras tienen el derecho de anular las reservas de particulares, por casi cualquier motivo. Sin embargo, por lo general, las navieras solo firmarán un chárter si afecta a un pequeño porcentaje de los pasajeros ya reservados. Y cuando excepcionalmente ocurre, generalmente las navieras son generosas y ofrecen opciones de viajes similares, un reembolso completo o una oferta de una opción de crucero futura comparable ofrecida incluso en el mismo buque, con un sabroso descuento, y por lo general, con incentivos adicionales a bordo, como mejoras de camarotes o crédito a bordo. 

Flete de “Hotel flotante”
Un tipo muy específico de flete de buque consiste un fletar un buque para que este atracado en un puerto y proporcione, o incremente, alojamientos durante un periodo acotado de tiempo. Fletar un buque de cruceros tiene muchas ventajas: reduce la inversión necesaria, no provoca un exceso de plazas de hotel posterior, y facilita la seguridad al encontrarse en una zona controlada como es un puerto. Si además el puerto tiene instalaciones tipo OPS, y un buen servicio MARPOL, el impacto medioambiental es muy reducido.

Es una solución utilizada desde hace mucho tiempo. En el Mundial de futbol de 1966 en Inglaterra, dos hoteles flotantes, uno español, el Monte Umbe y otro brasileño, el Princesa Leopoldina, estuvieron atracados en el Támesis, alojando cada uno unos cuatrocientos aficionados. En la Olimpiada de Barcelona de 1992 hubo un verdadero boom de hoteles flotantes, que llenaron los muelles de la Ciudad Condal, un hecho que se repitió posteriormente en Atenas, Sydney, Londres, etc En la olimpiada de Paris hubo también un hotel flotante, no atracado en el Sena, sino fondeado en Tahití. El Aranui 5 fondeó en una bahía cerca de Teahupo’o, una localidad a las afueras de Papeete, donde se celebraron competiciones de surf durante los juegos.

También se han utilizado los buques de cruceros como alojamiento para refugiados y equipos de rescate en catástrofes naturales, como el huracán Katrina en 2005, cuando tres buques de Carnival fueron fletados para alojar damnificados, o el terremoto de Turquía del pasado año, donde el buque de cruceros Gemini fue fletado para el mismo fin.

Ventajas de los “full chárter”
• Libertad para personalizar y mayor control del producto.
• Personalización completa del programa y del itinerario.
• Oportunidades ilimitadas de promoción de marca.
• Camaradería: todos los que navegan son parte de su grupo.
• Prestigio y exclusividad: las personas se sienten honradas y emocionadas cuando embarcan en un barco con chárter privado.
• Atención exclusiva de la tripulación: todo los oficiales y tripulantes dedican el 100% de su atención a los invitados del fletador.
• Exclusividad. Es una experiencia que no puede ser duplicada.
• Medios audiovisuales de última generación de uso ilimitado y gratuito.

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