Con los ojos como platos
Por Virginia López Valiente
Directora General de Cruises News Media Group y Editora de la revista CruisesNews
Editorial perteneciente a la revista CruisesNews nº52 – Junio 2020
Quién nos iba a decir en la madrugada del 31 de diciembre, con la copa de cava en la mano mientras nos felicitábamos efusivamente, que en poco más de dos meses nos veríamos inmersos en una mala película de ciencia ficción. En nuestra arrogancia habíamos hecho muchas bromas sobre la construcción en 10 días de un hospital en Wuhan, los murciélagos, los pangolines y las mascarillas de colores. También hemos mirado con sonrisillas de superioridad a aquellos que mostraban precaución, preocupación e incluso miedo.
He estado viajando en enero y febrero, en contacto con personas de muchísimas nacionalidades para después asistir a las cancelaciones poco a poco, con resistencia, de todos los viajes planificados para el primer semestre del año. Y de repente esa “cosa” que pasaba en China empieza a pasar en Europa. Con los ojos como platos vemos imágenes igual de sorprendentes pero más cercanas, de hospitales, sanitarios con protecciones solo vistas en películas y sobre todo se empiezan a dar cifras, si esas cifras. Y van y nos encierran. Nos paramos. ¿Cómo pueden procesar fácilmente nuestras mentes que los niños dejan de ir al colegio, aislamos a nuestros mayores, cerramos nuestros negocios y corremos a comprar papel higiénico?.
A pesar de toda esta locura, en nuestra inocencia aún pensábamos que todo sería por unos días y mientras te vas convirtiendo en una máquina de absorber información, a todas horas, por cualquier medio.
Y un día nos despertamos con la noticia de que la flota mundial de cruceros se detiene. Nos hemos desgañitado en contar en el último año que la industria vivía la mayor expansión de su historia, con más de 120 barcos bajo pedido, astilleros al límite y una agenda de inauguraciones sin precedente. Pues bien, los barcos se retrasan, se inauguran sin madrina ni espectadores y esperan atracados a que podamos llenarlos de vida.
Poco antes del confinamiento tuve un “rifirrafe” con un detractor de los cruceros a los que culpaba muy vehementemente de todos los males de su ciudad. Y mira donde estamos ahora.
Esta circunstancia no es solo una pausa, es mucho más. Tampoco tengo claro si hemos aprendido algo. Asisto con mucha tristeza a la realidad de que no estamos remando juntos ¡y mira que remamos!.
La vuelta a la nueva normalidad de la industria de cruceros será gradual, hay que poder absorber los cambios, algunos temporales y muchos definitivos y lo más importante, devolver la confianza al consumidor, al viajero, al que de momento nadie se ha dirigido para explicarle que la industria de cruceros está trabajando en pro de su seguridad.