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REPORTAJESArtículosEl desarrollo de los cruceros de siete noches desde Barcelona

El desarrollo de los cruceros de siete noches desde Barcelona

(Leer articulo original en la revista CruisesNews nº34…)
El puerto de Barcelona ostenta en la actualidad el titulo de mayor puerto de cruceros de Europa, y uno de los mayores del mundo
Esta situación se ha debido en gran parte a ser el puerto base de gran parte de los buques que ofrecen cruceros de siete noches por el Mediterráneo occidental, el producto de más éxito entre los emisores europeos.
Hace cincuenta años, a mediados de los sesenta, dos navieras europeas (Costa y Grimaldi) tuvieron claro cual iba a ser el futuro del crucero en el Mediterráneo. A mediados de los noventa, otras como MSC Cruises o Royal Caribbean comenzaron a vender ese mismo producto. En la primera década de este siglo, Barcelona ha sido el puerto base durante algunas temporadas de hasta diez buques simultáneamente ofreciendo básicamente el mismo producto: un crucero circular de siete noches, aunque la consolidación del mercado ha reducido este número en los últimos años.
Este fenómeno se ha visto acompañado con la llegada de los megabuques más grandes y sofisticados del mercado para brindar este producto. Si hace cincuenta años los armadores destinaban a estos cruceros por el Mediterráneo Occidental a los buques más veteranos de sus flotas, hoy sólo pueden competir destinando sus unidades más grandes y modernas.
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Costa Armatori inventa el crucero de siete días
En lo que es el primer precedente de crucero redondo por el Mediterráneo Occidental, el 23 de agosto de 1952 llegaba a Barcelona procedente de Génova y Cannes el Andrea C, con 480 pasajeros en viaje de crucero de una semana de duración, con el siguiente itinerario: Génova, Cannes, Barcelona, Palma, Árgel, y de vuelta a Génova. Los diarios de la época informaban que los pasajeros “bajaron a tierra, desparramándose por la ciudad para visitar lo más destacado de ella y de sus alrededores”.
Un año más tarde, en 1953, Costa Armatori destino el Franca C a una nueva línea entre el Mediterráneo y Venezuela y las Antillas. Sin embargo, sólo seis años más tarde, Costa decide retirar a ese buque de esa línea regular de pasaje y reconstruirlo como crucero de turismo. La emigración italiana fuera de Europa había pasado de 97.700 personas en 1958, a aproximadamente 30.000 a mediados de los años sesenta. Sobraban buques y era necesario darles salida.
El Franca C fue el primero de la compañía y un hito en la transformación de este armador en la primera naviera totalmente dedicada a los cruceros. Ofrecía clase única, camarotes con cuarto de baño y climatizados, etc. La reforma del Franca C fue terminada en julio de 1959, mes en el inició su primer crucero en el Mediterráneo y Mar Negro. El 6 de agosto de 1959, el Franca C escaló en Barcelona, y un día después en Palma en su primer viaje de crucero, repitiendo esas mismas escalas ese año, en lo que se puede considerar el comienzo las visitas más o menos habituales de Costa en crucero a Barcelona y a Palma. Sin embargo, no eran escalas regulares, ya que la duración de los cruceros era muy variada.
Al final de esa temporada de verano, Costa decidió ofrecer cruceros cortos en invierno desde Florida al Caribe utilizando también el Franca C. Después de esta temporada invernal hizo un crucero trasatlántico de regreso a Italia. Así, cada año, el Franca C cruzaba el Atlántico en otoño hasta Miami, y volvía a Génova en verano.
Aunque el que realmente empezó los cruceros regulares durante una temporada completa fue el Anna C (que había realizado su primer crucero en 1953), otro buque de la línea Italia-Caribe al que Costa tuvo que buscar empleo ante el declive de la emigración italiana. El Anna C comenzó en junio de 1964 la primera serie de cruceros con un itinerario idéntico de siete días de duración por el Mediterráneo, con el siguiente recorrido: jueves en Génova, Bastia/Cannes, sábado en Barcelona, domingo en Palma, lunes en Túnez, martes en Palermo y miércoles en Nápoles. Un programa que, con ligeras variaciones, sería con el tiempo un clásico de Costa y de otras navieras. Ese año, el Anna C ofreció un total de dieciséis salidas, desde el 25 de junio al 8 de octubre de 1964. Había nacido el producto estrella en Europa de los cruceros modernos… aunque por aquel entonces era una aspiración inalcanzable para la inmensa mayoría de los españoles, para los que ver a Carmen Sevilla en la película “Crucero de verano”, era la máxima aspiración posible.
El folleto de este crucero tenía un eslogan revelador: “un nuovo piacevolissimo modo di viaggiare nel mediterraneo” (una nueva forma deliciosa de viaje en el Mediterráneo). Se podía embarcar en los tres puertos italianos: Génova, Nápoles y Palermo, por lo que parece que el interporting se inventó allá por 1964; y sus casi 400 pasajeros podrían realizar interrupciones del crucero opcionales para disfrutar de estancias en los distintos puertos. Durante estos años, el buque comenzó a ser vendido en el mercado español, tanto a pasajeros individuales, como en fletes de buque completo. En 1969, por ejemplo, fueron los distribuidores de Zanussi los que disfrutaron de un charter completo del buque. El Anna C se mantuvo en esta ruta durante seis años, hasta 1969, año en el que fue relevado por el Franca C.
Esta década fue muy dura para el puerto de Barcelona, hasta el punto de que el número de pasajeros provenientes de puertos extranjeros fue de alrededor de 37.000 personas en 1964 y 1965, y sólo se incrementó ligeramente a aproximadamente 50.000 en 1967. En 1968 se inauguró la línea regular del ferry «Canguro», entre Barcelona y Génova, lo que mejoro las estadísticas de pasaje exterior de Barcelona, aunque no fueran propiamente cruceros.
En 1970 la temporada de cruceros de siete noches se la repartieron entre el Andrea C y el Enrico C. Ese año el itinerario de siete noches de Costa incluía salidas desde Barcelona desde el 10 de mayo al 4 de octubre, y escalas en Palma, Argel, Túnez, Palermo, Nápoles, Génova/Cannes y Barcelona. Esa temporada, el número de cruceristas en Génova fue de 166.212 personas, muy superior al de Barcelona.

El Anna C ofreció en 1964 la primera temporada de cruceros de 7 noches desde Barcelona.

Las Siete Perlas del Mediterráneo
Tal como le ocurrió a Costa, el declive de la línea regular de pasajeros a Centroamérica afectó a su competidor más directo: Grimaldi Siosa. La respuesta de Grimadi a esta nueva situación fue idéntica: apostar por los cruceros populares por el Mediterráneo occidental. Grimaldi comenzó a vender en 1964 y 1965 como crucero el itinerario redondo desde Barcelona a Cannes, Génova, Nápoles, y Palermo, que eran los puertos de escala europeos de su ruta a Centroamérica, preferentemente en el Irpinia.
En 1966 ofreció su primera temporada completa de cruceros destinada al emisor italiano utilizando el Ascania, un buque construido en 1926. Sin embargo en ese año, el buque no escalaba en Barcelona, y en su lugar lo hacía en Palma, siendo el resto del itinerario Cannes, Génova, Capri, Palermo, Túnez, Cagliari, y Palma. El crucero fue comercializado como “Las Siete Perlas del Mediterráneo y Cartago”.
En 1968, Barcelona registró, además del <<Canguro>> a Génova, otro acontecimiento. Grimaldi decidió competir con Costa y el 14 de junio ese año, el Caribia, otro veterano buque construido en 1926, realizó la primera de las trece escalas semanales, ofreciendo un periplo con escalas en Palma, Túnez, Palermo, Capri, Génova, Cannes y de vuelta a Barcelona, donde coincidía todos los domingos en la Estación Marítima con el Anna C. En 1969, Grimaldi Siosa recuperó el eslogan “Las Siete Perlas del Mediterráneo”, y el Caribia ofreció una amplia temporada de cruceros de siete noches desde Barcelona todos los domingos, desde el 20 de abril al 20 de octubre, repitiendo el mismo itinerario, con pasajes desde 6.860 pesetas. Ese año Costa cambio a los lunes el día de la escala semanal del Anna C, que ofrecía el mismo itinerario, con la escala adicional de Ajaccio. El Caribia ofreció “Las Siete Perlas del Mediterráneo” hasta 1972, año en el que una varada en Cannes precipitó su venta al desguace. En 1969, el Caribia fue reconocido con la Placa del Puerto de Barcelona, concedido por la Junta de Obras del Puerto, y con el título de «Buque turístico del año en Palma de Mallorca», en ambos casos porque aportaba más de 30.000 cruceristas anuales a las entonces escuálidas estadísticas de ambos puertos. Su tamaño duplicaba al Anna C, y su capacidad de pasaje era prácticamente el triple que la del buque de Costa, por lo que la incidencia de sus escalas en ambos puertos fue notable.
Su sustituto fue el Irpinia, otro veterano construido en 1929, de tamaño y capacidad similar. Durante ocho temporadas, hasta 1980, siguió ofreciendo “Las Siete Perlas del Mediterráneo”, manteniendo sin cambios su itinerario y la escala en domingo en Barcelona, salvo la eliminación de Cannes. Las temporadas de este buque de crucero fueron creciendo poco a poco: generalmente comenzaban en Semana Santa, y llegaban hasta noviembre en sus últimos años.
Ausonia. Je t’aime
El Ausonia, un buque entregado en 1957, marcó un hito en el desarrollo de los cruceros de siete noches por el Mediterráneo. Ofreció cruceros para tres compañías: Adriatica, Italia Crociere Internazionale y Grimaldi Siosa. Es el buque de cruceros que posee el record de escalas en Barcelona y Palma, en este último caso en 455 ocasiones.
Tras 22 años cubriendo las rutas de Italia a Oriente Medio para Adriática fue reconstruido en 1979 como buque de cruceros en Venecia, pasando a tener una capacidad para 690 pasajeros. Primero fue operado por la empresa Italia Crociere Internazionali, luego por Chandris y a comienzos de 1981, tras la retirada forzada del Irpinia, fue comprado por Grimaldi para continuar ofreciendo “Las Siete Perlas del Mediterráneo”. En esa primera temporada realizó treinta y una rotaciones, manteniendo exactamente el mismo itinerario que antes habían cubierto el Caribia y el Irpinia: Barcelona, Palma, Túnez, Palermo, Nápoles, Génova, Barcelona.
Durante los siguientes diecisiete años ininterrumpidos el Ausonia fue fiel temporada a temporada a sus escalas en domingo en Barcelona y en lunes en Palma de Mallorca, ofreciendo su famoso crucero “Perlas del Mediterráneo”. Sólo en 1993 decidió Grimaldi cambiar el itinerario, introduciendo la escala de Ibiza los lunes por la mañana y partía a media mañana rumbo a Palma, donde ofrecía un “overnight”, ya que salía para Túnez el día siguiente a mediodía. Sus competidores contaban con buques mucho más amplios y modernos, por lo que su armador sólo podía llenarlo reventando los precios. A finales de la temporada de 1997 se anunció que el barco sería vendido, y que Grimaldi abandonaba los cruceros, tras ser durante treinta años consecutivos huéspedes de la Estación Marítima de Barcelona todos los domingos durante el verano.

Durante los años setenta y ochenta, los cruceros de siete noches desde Barcelona eran cubiertos por buques anticuados y de tamaño reducido.

El Enrico C, un clásico durante treinta años
Como se ha comentado en 1970 ya estuvo el Enrico C visitando semanalmente Barcelona y Palma, aunque compartiendo temporada con el Andrea C. Desde entonces y hasta 1979, durante casi veinte años, fue un visitante asiduo de la antigua Estación Marítima de Barcelona, ofreciendo siempre su habitual crucero de siete días. Fueron años muy duros para la industria del crucero: cuando estaba despuntando el crucero de masas en Europa tuvo lugar la crisis del petróleo de 1973, lo que llevó a Costa a anular estos viajes en 1973 y 1974. Entre el 1 de junio y el 12 de octubre de 1975, el Enrico C volvió a escalar todos los domingos en Barcelona, manteniendo su itinerario de histórico con escalas en Palma, Túnez, Palermo, Nápoles y Génova/Cannes, con precios desde 14.600 pesetas, o 705 pesetas/mes. A finales de los años setenta, Costa planeó un incremento considerable en la oferta del crucero de 7 noches desde Barcelona, con la incorporación del Angelina Lauro. El Angelina iba a ofrecer salidas los domingos desde Barcelona de junio a septiembre de 1979, con escalas en Palma, Bizerta, Malta, Catania, Nápoles, Génova y Cannes, con pasajes desde 36.900 ptas. Sin embargo, este buque se incendió justo antes de incorporarse a esta ruta, y Costa lo sustituyó esa temporada por el Apollon XI, un buque griego a punto de ser desguazado. Al año siguiente la situación fue a peor, ya que Costa no ofreció cruceros de 7 noches por el Mediterráneo Occidental.
Desde 1981 a 1989, Costa ofreció de junio a octubre una temporada de cruceros de siete noches desde Barcelona, por el Mediterráneo Occidental. Sin embargo, no incrementó la oferta porque destacó siempre al mismo buque: el eterno Enrico C, y sólo oferto temporadas de cómo máximo 20-22 rotaciones. Si los años setenta fueron duros para Barcelona, los ochenta no le fueron a la zaga. En esos años Barcelona ya recogía estadísticas sobre cruceros: se pasó de 91.500 cruceristas en 182 escalas en 1981, a alrededor de 120.000 en 1990, con aproximadamente 200 escalas. Es decir, un crecimiento residual que además no fue simétrico en toda la década. En 1985 se registró el mínimo histórico, con sólo 52.800 cruceristas y 114 escalas. Las cifras no podían crecer porque la oferta más popular estaba estancada: en la década de los ochenta sólo dos buques escalaban semanalmente en Barcelona, uno de Costa y otro de Grimaldi. Sólo en 1984, con la única temporada de verano de Trasmediterránea ofreciendo cruceros de siete noches con el ferry Las Palmas de Gran Canaria, se registró un ligero crecimiento de la oferta. Ninguno de las dos navieras italianas tenía esos años oficinas propias en España: Costa estaba representado por Ybarra; y Grimaldi por Condeminas. Ambas agentes generales provenían del tráfico de línea regular, con incursiones al crucero elitista, y no supieron o no pudieron incrementar la oferta en nuestro país.
Costa inicia la transición
En 1990 se celebró el 25º aniversario del crucero “Las siete Perlas del Mediterráneo” de Grimaldi. Y para competir con el Ausonia, Costa rompió por primera vez la dinámica de utilizar buques viejos y obsoletos en esta ruta y desplegó a su unidad más moderna. La situación era grave: en 1991 Génova tenía las mismas cifras de cruceristas que en 1970. En Barcelona, tampoco se había producido un incremento considerable: se pasó de 91.900 cruceristas en 1981 a 132.800 en 1992, el año olímpico.
La siguiente década iba a cambiar esa tendencia. Así, el sucesor del Enrico Costa fue en 1990 el Costa Marina, capaz para 800 pasajeros. Este buque sólo estuvo tres años ofreciendo escalas semanales los lunes desde Barcelona. Seguían siendo años duros, pero comenzaba a producirse el despegue de los cruceros en Barcelona merced a esta nueva oferta. Fue sustituido en 1993 por otra unidad aún más grande y moderna, el Costa Classica, de 1.200 pasajeros de capacidad. Entre otros detalles, era cinco veces más grande que el Ausonia o que el D. Juan, pero sólo transportaba el doble de pasajeros. En 1993 Costa además abrió oficinas propias en España y disolvió su asociación con Ybarra. El primer resultado fue un marketing mucho más agresivo, sobre todo en el producto estrella: nuevamente los cruceros de siete noches desde Barcelona.
Al año siguiente le llegó el turno a su gemelo, el Costa Romántica, que se mantuvo en la ruta durante seis temporadas hasta 1999: las dos primeras visitando Barcelona los sábados, y las cuatro últimas los viernes, debido a que desde 1996 Costa comenzó a escalar en Marsella para embarcar pasajeros galos. Entre el primer año del Costa Classica (1993) y el último del Costa Romantica (1999), Barcelona había pasado de 152.082 a 541.596 pasajeros, con un incremento superior al 350%.

El Ausonia es el buque que ofreció durante mas temporadas cruceros de 7 noches desde Barcelona.

Llegan los americanos. Primeros cruceros de Royal Caribbean desde Barcelona
Royal Caribbean realizó su primer crucero por el Caribe en 1970. Veinte años después envió al buque más pequeño de su flota, el Sun Viking, a Europa. Durante los primeros años noventa su apuesta continuó siendo escasa, debido a las Guerras del Golfo, Yugoeslavia, etc, y no fue hasta 1996 cuando destacó a su buque más moderno, el Splendour of the Seas, a Barcelona. Tampoco fue un envite arriesgado, ya que sólo ofreció cruceros en primavera y otoño, en forma de itinerarios pendulares Barcelona-Venecia de 12 noches, mientras el verano lo pasó en el norte de Europa.
Un año más tarde, Royal Caribbean brindó por primera vez cruceros de siete noches desde Barcelona a bordo del Enchantment of the Seas, pero sólo durante julio y agosto, con salidas en sábado y dos itinerarios alternativos. El Splendour of the Seas continuó ofreciendo cruceros pendulares de Barcelona-Venecia, de 12 noches, en primavera y otoño. Ambos eran entonces los buques más grandes basados en Barcelona. Este despliegue de RCI de dos buques, uno para cruceros de siete noches, y otro para viajes más largos de 10-12 noches, se ha venido repitiendo año tras año hasta la actualidad, aunque el tamaño de los buques de Royal Caribbean no ha cesado de crecer desde 1997.
En 1998 los cruceros de siete noches los cubrió el Vision of the Seas, recién salido de astillero, y los dos años siguientes el Legend of the Seas, que ofrecieron temporadas de alrededor de cuatro meses, con dos itinerarios alternativos. En 2002 fue el Splendour of the Seas el primer buque de RCI que ofreció un único itinerario de siete noches desde Barcelona, con salida en domingo y escalas en Villefranche, Livorno, Civitavecchia, Nápoles y la Valleta. La temporada 2002 fue notablemente ampliada, ya que ofreció 27 salidas entre el 5 de mayo y el 20 de octubre de 2002. El Splendour of the Seas se mantuvo en la ruta durante cuatro años, hasta 2005.
La llegada de los postpanamax de Costa, la apertura de oficinas propias del grupo Royal Caribbean en España en noviembre de 2005, y el boom cruceristico europeo llevó al gigante americano a desplegar en 2006 desde Barcelona, ofreciendo cruceros de siete noches, al Voyager of the Seas, de 137.000 toneladas y casi 4.000 pasajeros de capacidad, entonces mayor buque de cruceros del Mediterráneo. Su itinerario se iniciaba todos los sábados en la Ciudad Condal, y brindaba escalas en Marsella, Villefranche, Livorno, Civitavecchia y Nápoles, más una jornada de navegación. La primera temporada del Voyager of the Seas se extendió del 27 de mayo al 4 de noviembre de 2006, es decir, más de cinco meses. Esta combinación de megabuques y ampliación del número de salidas significó que la Ciudad Condal pasara del millón de pasajeros en 2004, a los 2.074.000 viajeros en 2008. Es decir, en sólo cuatro año de duplicó el número de pasajeros desde Barcelona.
El Voyager of the Seas se mantuvo fiel a su cita con Barcelona durante cinco años, hasta 2010, manteniendo prácticamente el itinerario sin modificaciones, aunque en 2009 cambió el día de salida a los domingos.
En 2011, RCCL renovó su apuesta por los megabuques y trajo a Barcelona al Liberty of the Seas, de 154.000 toneladas y 4.000 pasajeros. Su itinerario de siete noches cambio sustancialmente. Se volvió a escalar en Barcelona en sábado, y los otros puertos eran Toulon, Niza, Livorno, Civitavecchia y Nápoles, con cruceros desde 749 euros. Este buque se mantuvo en esta ruta hasta 2014, ofreciendo entre 21 y 23 salidas de siete noches cada año, con ligeros cambios de itinerario. En su último año partía de Barcelona los domingos, y escalaba en Marsella, Villefranche, La Spezia, Civitavecchia y Nápoles. Sin embargo, nunca llegó a ser el mayor buque del Mediterráneo, ya que ese título lo ostentaba desde 2011 el Norwegian Epic.

En el Mediterráneo veremos buques cada vez mayores, que escalan sólo en megapuertos como Barcelona, y que permanecen en este tráfico durante todo el año.

Primeros cruceros de MSC Cruceros desde Barcelona
MSC es la naviera italiana que más tarde se incorporó al tráfico de cruceros redondos de siete noches desde Barcelona. Sin embargo, hoy en día es una de las referencias del mercado.
Y empezó a competir comprando a Costa una de las leyendas de esta ruta, el Enrico Costa, que de aquella tenía 45 años. Tras cubrir esta ruta durante más de veinte años con Costa, fue comprado en 1995 por MSC y ese verano brindó su primera temporada de cruceros de siete noches desde Barcelona, con salidas en domingo, y escalas en Palma, Ibiza, Túnez, Palermo, Capri y Génova. Ese año ofreció cruceros entre el 21 de mayo y el 29 de octubre. Durante tres años mantuvo el mismo itinerario, compitiendo con viejas glorias como el Ausonia o el D.Juan. Pero evidentemente fue una solución de transición, dado que estaba lejos del estándar de los buques modernos que empezaban a aparecer por Barcelona es esos años: Costa Romantica, Splendour of the Seas, etc.
En 1998 fue sustituido por el Melody, un buque que le duplicaba en tamaño.. Con este buque llegó la escala en Marsella para embarcar franceses, con lo que el itinerario redondo de los cruceros de MSC comenzaba el viernes desde Barcelona, con escalas en Marsella, Génova, Nápoles, Palermo, Túnez y Palma. Ese año la temporada se prolongó desde el 15 de mayo al 8 de octubre de 1998. El Melody estuvo cinco años seguidos escalando todos los viernes en la Ciudad Condal, manteniendo su temporada de mayo a octubre, con 24 rotaciones en 2002, su último año.
En 2003 tomó el relevo, recién salido del astillero, el MSC Lirica. MSC se incorporaba así, tal como hacían otros armadores, su mejor buque a esta ruta tan competitiva. Se mantuvo tanto el itinerario, como el viernes como día de embarque. En 2004 le tocó el turno al MSC Opera, y en 2005 y 2006, al MSC Sinfonia, todos gemelos del Lirica. A partir de 2005, MSC comenzó a explotar dos buques en cruceros de siete noches desde Barcelona. Ese año fue el MSC Lirica, que escalaba los jueves, y el año siguiente le toco al veterano Monterey, que llegaba a Barcelona los lunes.
En 2007, se incorporó a la tendencia de explotar los cruceros de siete noches desde Barcelona con la incorporación del panamax MSC Musica, de 2.600 pasajeros de capacidad, todos los viernes, mientras la salida del lunes la cubría nuevamente el Melody. Ese año nueve buques ofrecían cruceros de siete noches desde Barcelona. En 2008 la única novedad de MSC fue la sustitución del MSC por su gemelo Orchestra.
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2000. Costa oferta dos buques desde Barcelona
En el 2000, Costa decidió apostar fuerte por el Mediterráneo occidental debido al auge que estaba tomando la industria en el sur de Europa, por la inestabilidad política en otros destinos, como el Adriático, y además, era Año Santo ¿Cómo? Costa decidió tener dos buques semanales: su entonces buque insignia, el panamax Costa Victoria, de 2.000 pasajeros de capacidad, y como segundo barco el viejo Costa Riviera. Además introdujo por primera vez la escala de Civitavecchia, y uso Savona como puerto base en Italia del Riviera. La jugada fue exitosa y al año siguiente se repitió la oferta del Costa Riviera. Pero Costa había ganado cuota de este mercado por su apuesta por los buques modernos y grandes, y en este escenario el Costa Riviera, con sus casi cuarenta años de edad, no tenía cabida y fue vendido para desguace. El Costa Riviera fue sustituido en 2002 por el Costa Tropicale, mientras el Costa Victoria se mantuvo hasta 2003, pero esa temporada su compañero fue el Costa Mediterránea. Ese año Barcelona pasó por primera vez del millón de cruceristas.
La apertura a los cruceros de Marsella, y sobre todo, de Savona, debilitó a Génova frente a Barcelona. Si bien ambos puertos pasaron del medio millón de cruceristas en 1999, año en el que el puerto de la Liguria superó a la Ciudad Condal en casi 30.000 pasajeros, un año más tarde Barcelona seguía creciendo hasta los 572.600 pasajeros, mientras que Génova no pasó de 397.516 pasajeros.
2004 fue otro año muy singular para Costa por dos motivos. Por primera vez utilizó un postpanamax en ese tráfico, concretamente el nuevo Costa Fortuna, que con sus casi 4.000 pasajeros semanales revolucionó esta ruta, introduciendo por un lado unos pasajes muy baratos gracias a su economía de escala, y de otro lado un nivel de instalaciones que obligaron a sus competidores a destacar buques de similar tonelaje. Por otro lado, Costa destacó por primera vez tres buques en este destino: además del Magica, el Costa Classica también ofrecía rotaciones semanales, mientras que el Costa Tropicale llegaba cada quince días a Barcelona. Al año siguiente, 2005, fueron dos los megabuques, con la incorporación del Costa Mágica en lugar del Costa Classica. Desde entonces, Costa siempre ha destacado dos postpanamax de más de 100.000 toneladas en el mercado del crucero de siete noches desde Barcelona.
La incorporación de estos megabuques tuvo un importante efecto en las cifras de Barcelona: se pasó del millón de pasajeros en crucero en 2003, a 1,2 millones en 2005 y 1,4 millones en 2006. Por el contrario, Génova había dejado de ser puerto base de Costa, y pasó de seiscientos mil pasajeros e 2003 a 475.000 en 2006, unas cifras similares a las que había conseguido a finales de los años noventa.

Las temporadas de los buques basados en Barcelona se han ampliado año a año.

NCL. Los “Norwegians” a la conquista del Mediterráneo
Tras la llegada de Royal Caribbean a mediados de los noventa, otra marca norteamericana, NCL decidió apostar por el crucero de siete noches en el Mediterráneo una década más tarde. Coincidiendo con la llegada del Voyager of the Seas y del Costa Concordia, en pleno “boom” de los cruceros en 2006, basó en Barcelona al Norwegian Jewel. Era un panamax de 93.000 toneladas y 2.400 pasajeros, que ofrecía un itinerario desde Barcelona a Messina, Nápoles, Civitavecchia, Livorno y Villefranche. La apuesta de NCL fue tibia, porque ese año el Jewel ofreció 16 salidas, y en 2007 sólo 10, siempre saliendo en domingo.
En 2008 cubrió esta ruta su gemelo Norwegian Gem. NCL cambio la escala de Messina por Valletta, y lo que es más importante, amplió la temporada de mayo a noviembre, ofreciendo 27 salidas, más que en las dos temporadas anteriores juntas. Además en el invierno 2009-2010, el Norwegian Jade ofreció por primera vez cruceros desde Barcelona, aunque ninguno de siete noches. En 2009 fueron 29 salidas, manteniendo buque e itinerario. En 2010 cubrió la temporada el Norwegian Jade, con 30 salidas manteniendo el mismo itinerario.
Pero el año de la eclosión de la apuesta de NCL por el Mediterráneo fue 2011. La incorporación del Norwegian Epic, que ofreció 22 rotaciones entre el 22 de mayo y el 16 de octubre desde Barcelona, con salida en domingo y escalas en Livorno, Civitavecchia, Nápoles y Palma, con dos días de mar, fue la sensación del año. Su llegada en 2011 coincidió con el cenit del número de pasajeros en Barcelona. Con sus más de 4.200 pasajeros, el Epic se convirtió en el buque más grande del Mediterráneo, desbancando a sus rivales de RCI, MSC y Costa.
Era quizás un itinerario muy “caribeño”, que fue cambiado al año siguiente por otro mucho más atractivo con escalas en Nápoles, Civitavecchia, Livorno y Villefranche, manteniendo la rotación en domingo desde Barcelona. La inclusión posterior de Palma en 2013 ha rematado el itinerario, que se ha mantenido sin cambios hasta este año, y que se repetirá en 2016.
Los años del Costa Concordia
En el 2006 Costa explotó por primera vez en cruceros de siete noches desde Barcelona al tristemente famoso Costa Concordia, junto con el Costa Fortuna. En esa primera temporada escalaba en Barcelona los lunes, y luego continuaba a Palma, Túnez, Valletta, Palermo, Civitavecchia y Savona, un itinerario muy parecido al que comenzó a brindar el Anna C en 1964. Curiosamente, la breve biografía de este buque coincide con el periodo de máximo esplendor de los cruceros en Barcelona, que pasó de 1.765.838 pasajeros en 2007, a 2.657.244 en 2011, su record anual vigente.
El Concordia sólo abandonó el Mediterráneo en el invierno 2009/2010. Fue durante seis temporadas la referencia de la naviera de Génova en la Ciudad Condal, siempre acompañado durante el verano de alguno de sus gemelos: en 2006 y 2007, el Costa Fortuna; en 2008 el Costa Magica; en 2009 y 2010, el Costa Pacifica; y en 2011, el Costa Serena. En ese 2011, nuevamente la inestabilidad política de norte de África, unido a la guerra de precios en el sector, llevan a Costa a destacar a dos de sus mejores buques a ofrecer cruceros de siete noches desde Barcelona, una ruta segura, atractiva y muy asequible a los mercados emisores europeos.
El naufragio del Concordia trastocó los planes de la naviera: en 2012, Costa mantuvo al Costa Serena, mientras que el Costa Neoromantica, y luego el Costa Mágica sustituyeron al buque naufragado.
Una vez superadas las urgencias del naufragio del Concordia, en 2013 fue el Costa Favolosa el único postpanamax del armador transalpino con escala semanal en Barcelona todos los martes, con un itinerario que incluía escalas en Palma, Valletta, Catania, Nápoles y Savona. En julio y agosto el pequeño Costa Voyager suplementó todos los lunes la oferta de 7 noches desde Barcelona de Costa, cuyo segundo postpanamax en el Mediterráneo occidental, el Costa Serena, no escaló en la Ciudad Condal ese año.
En 2014 Costa volvió a escalar dos veces a la semana en Barcelona, los martes con el Costa Favolosa, y los viernes con el Costa Serena. El primero cambió su itinerario en verano introduciendo la escala de Ibiza, mientras que Serena cambiaba La Spezia por Palma en verano. Esta adaptación de las escalas según la estación es otra de las últimas novedades introducidas por Costa.
El último buque de Costa, el Costa Diadema, de 132.500 toneladas y 3.700 pasajeros, solo ha navegado desde su entrega en noviembre de 2014 en el Mediterráneo Occidental ofreciendo cruceros de 7 noches, con escalas en Savona, Marsella, Barcelona, Palma de Mallorca, Nápoles y La Spezia. En la Ciudad Condal llega los lunes. Se ha convertido en la respuesta de Costa a los megabuques de MSC, con un itinerario con distancias cortas, amplias estancias en puerto, y un día de navegación, una característica obligada de todos los itinerarios que permite disfrutar (y gastar) a bordo de los megabuques que cubren la ruta.

La llegada del Voyager of the Seas en 2006 significó la apuesta definitiva de RCI por el Mediterráneo y Barcelona.

Fantasia/Splendida ¡Vaya par de gemelos de MSC!
Pero la revolución de MSC ocurrió en 2009. Si bien es cierto que otros armadores, como Costa o Royal Caribbean, llevaban más de una década explotando buques de esa envergadura por aquel entonces, no es menos cierto que MSC ha tenido la transición más explosiva en este mercado: en sólo quince años pasó del Symphony a los post panamax de casi 140.000 toneladas y 4.000 pasajeros. En términos de oferta, en quince años multiplicó por veinte su inventario de cruceros de siete noches. Y destinó esos dos buques, entonces los dos más grandes del Mediterráneo, a competir con el Costa Concordia, Voyager of the Seas, etc en el crucero de siete noches por el Mediterráneo occidental. Durante las cuatro siguientes temporadas, estos gemelos se convirtieron en el referente del Mediterráneo, manteniendo primero las escalas en viernes y lunes en la Ciudad Condal. Sin embarro, en 2012, el MSC Splendida comenzó a escalar en Barcelona los domingos, para luego continuar a La Goulette, La Valetta, Messina, Civitavecchia y Génova. El MSC Fantasia mantuvo la escala los viernes, continuando luego a Marsella, Génova, Nápoles, Palermo y Túnez.
En 2013, el MSC Preciosa tomó el relevo de su gemelo MSC Fantasia los viernes. El cambio más importante tuvo lugar en 2014, cuando MSC decidió que sólo uno de sus post panamax, el Splendida, ofrecería cruceros de 7 noches desde Barcelona. Este hecho, entre otros, implicó que ese año el número de cruceristas de Barcelona descendiera un 9 % respecto a 2013.
En 2015 MSC Cruceros ha vuelto a recuperar dos postpanamax semanalmente desde Barcelona: el MSC Fantasia, mantuvo la escala de los viernes durante una amplia temporada desde el 24 de abril al 6 de noviembre, y escalas en Marsella, Génova, Nápoles, Messina y Valletta. Por su parte, el MSC Divina ofreció un nuevo itinerario que atracaba en Barcelona los miércoles, y ofrecía escalas en Nápoles, Civitavecchia, La Spezia, Cannes y Palma. Como el Divina está basado en invierno en Miami, su temporada en el Mediterráneo Occidental es más corta y sólo ofrece cruceros de siete noches de mayo a septiembre.
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Y también siete noches en invierno
En 2004, el Costa Magica fue el primer megabuque que permaneció todo el año en el Mediterráneo occidental, pero ofreciendo cruceros largos a destinos como Canarias o Tierra Santa. En el invierno 2010-2011, Costa decidió apostar por primera vez por los cruceros de siete noches en invierno, y el buque escogido fue nuevamente el Costa Mágica, con un itinerario de invierno muy atractivo, con escalas en Barcelona, Marsella, Savona, Civitavecchia, Palermo, Túnez y Palma.
En la temporada siguiente, el buque escogido para esta temporada invernal fue el Costa Concordia. Fue precisamente en uno de estos cruceros, donde tuvo su fatal accidente cerca de la Isla de Giglio, el 13 de enero del 2012. Había escalado en Barcelona el 9 de enero y en Palma un día más tarde. Su itinerario era Savona, Marsella, Barcelona, Palma, Túnez, Palermo y Civitavecchia. En los siguientes inviernos fue sustituido sus gemelos (Costa Pacífica, Costa Serena, etc) hasta llegar a la temporada 2014-2015, en el que le toco el turno al nuevo Costa Diadema.
MSC comenzó a ofrecer cruceros de siete noches en invierno con el MSC Splendida, que entre el 26 de noviembre de 2012 y el 18 de febrero de 2013 continuó ofreciendo cruceros de 7 noches por el Mediterráneo Occidental, con salida todos los lunes desde Barcelona y escalas en Túnez, Palermo, Civitavecchia, Génova y Marsella. Este mismo buque se mantuvo en esa ruta los dos siguientes inviernos con el mismo itinerario. Y en la próxima estación será su gemelo MSC Preciosa quien le dé el relevo, ofreciendo un itinerario desde Barcelona en el sentido de las agujas del reloj, con escalas en Marsella, Génova, Civitavecchia, Palermo y La Valletta. Tras los atentados de Túnez el pasado invierno, ni Costa ni MSC ofertan escalas en ese país en sus cruceros de siete noches el próximo invierno, a pesar de su tradición en este tráfico.
Ni RCI, ni NCL se han atrevido nunca con los cruceros de siete noches por el Mediterráneo occidental. RCI tuvo una presencia invernal muy efímera a finales de la década anterior, con el Brilliance of the Seas, pero siempre con cruceros más largos, de 10/11 noches. La apuesta de NCL por el invierno en el Mare Nostrum es mucho más decida, ya que desde el invierno 2008-2009 mantiene una presencia continuada en el Mediterráneo en invierno. Ese año fue el panamax Norwegian Jade, al que sucedieron otros buques de 2.500 pasajeros. Este próximo invierno crecerá el envite de NCL al mantener al Norwegian Epic en Barcelona, pero nuevamente cambiando el itinerario circular de siete noches por cruceros largos a Canarias. Y sólo durante un invierno, ya que en 2016-2017 volverá al Caribe.
Aún siendo las temporadas de los operadores cada vez más amplias, el invierno sigue siendo la asignatura pendiente de los cruceros de siete noches desde Barcelona. Sólo la aparición de los megabuques, como el Costa Diadema, MSC Fantasía, etc con su economía de escala y amplísima oferta de camarotes ha permitido ampliar al invierno la oferta de siete noches.

En 2015, todos los buques que ofrecen cruceros de 7 noches desde Barcelona eran megabuques de mas de 2.000 pasajeros de capacidad”.

El futuro del crucero circular de siete noches desde Barcelona
La llegada del Oasis of the Seas en septiembre de 2014 confirmó que el futuro de los cruceros de 7 noches por el Mediterráneo occidental pasa por buques cada vez mayores, que escalan sólo en los puertos que pueden acogerlos, y que permanecen en este tráfico durante todo el año. Siguiendo esta tendencia, Royal Caribbean ya ha comunicado para 2016 la llegada del tercer buque de la clase Oasis, el Harmony of the Seas, de 220.000 toneladas y más de 5.000 pasajeros de capacidad, a Barcelona para ofrecer cruceros de 7 noches; MSC ha anunciado que cuando reciba en 2017 al MSC Meraviglia, de 168.000 toneladas y 4.500 pasajeros, visitará Barcelona semanalmente. Y Costa destinara en 2019 su nuevo buque de 183.000 toneladas y 5.200 pasajeros, movido por LNG, a competir con los dos anteriores en el Mediterráneo occidental. Las navieras no apuestan por destacar más buques, sino que sustituyen las embarcaciones existentes por otras mayores, lo que supone para los puertos incrementar el número de pasajeros, mientras se congela o reduce el número de escalas.
Por otro lado, suponiendo que NCL mantenga su post panamax en el Mediterráneo, y que otros operadores como Aida siguan apostando por el Mediterráneo, el escenario futuro en el Mediterráneo Occidental es el de competencia entre megabuques provistos de las mejores atracciones, que escalan en megapuertos dotados de grandes terminales, en rutas estándar, en temporadas cada vez mayores hasta llegar a completar un año completo, tal como ocurre ya con Costa y MSC.
Por otro lado, con la excepción de Túnez, el crucero de siete noches desde Barcelona es prácticamente inmune a las crisis políticas que periódicamente afectan al Mediterranéno, algo muy valorado por los armadores respecto a otros destinos de invierno como el Mar Rojo o el Golfo Pérsico.
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Importancia de los cruceros de 7 noches desde Barcelona para Costa
Podría decirse que el concepto de crucero de siete noches con salida desde Barcelona fue en cierto modo bautizado por la naviera Costa Cruceros, siendo esta la primera compañía de cruceros en Europa en introducir por primera vez al mercado español este tipo de itinerario, ya en los años 90 y hasta día de hoy. Desde entonces, la apuesta de la naviera por el Port de Barcelona ha sido clave y constante para Costa.
Evolución histórica de este producto. Desde los tiempos del Enrico Costa, ¿Cómo ha evolucionado el producto Costa de 7 noches desde Barcelona: itinerarios, oferta, buques, etcétera?
La gran importancia del Port de Barcelona se debe a una combinación de factores, entre los que destacan las grandes posibilidades de conectividad con ciudades a nivel nacional e internacional, las buenas infraestructuras con que cuenta y el indudable atractivo turístico de la ciudad y sus zonas más cercanas.
Desde siempre, Costa ha destinado al Port sus mejores barcos, atendiendo a los gustos y a las necesidades del pasajero español. De la temporada 2014-2015, destaca especialmente la introducción de su buque insignia, el Costa Diadema, posicionado en este puerto y con salidas semanales desde la Ciudad Condal, así como también otro de sus buques más modernos como es el Costa Fascinosa, ofreciendo también desde Barcelona travesías de siete días.
Barcelona es y ha sido desde siempre un puerto clave para Costa Cruceros y es por ello que Costa mantendrá firme su apuesta por ésta y el Port, tanto en sus rutas por el Mediterráneo Occidental como en la gran mayoría de itinerarios que ofrecerá próximamente con salida desde la Ciudad Condal.
Así pues, Costa Cruceros tiene previstas más de 150 escalas en el puerto de Barcelona para la temporada actual 2015-2016. Los buques de Costa que recalarán en la Ciudad Condal durante el resto del año serán algunos de los más nuevos y modernos como el Costa Diadema, el nuevo buque insignia, o el Costa Favolosa.
Datos sobre este tipo de crucero: pasajeros embarcados en 2015 en cruceros 7 noches desde Barcelona, porcentaje de vuestra facturación que suponen estos cruceros.
Como parte de su política interna, la naviera no facilita datos de pasajeros ni facturación.
Novedades 2016 en los cruceros desde Barcelona.
De cara al próximo año y siguiendo la tendencia de los últimos años, Costa mantendrá su fuerte apuesta por el puerto de Barcelona con el posicionamiento y las escalas de algunos de los más nuevos y modernos barcos de la naviera, como el Costa Diadema, el nuevo buque insignia, el Costa Favolosa, el Costa Fascinosa, y el Costa Luminosa, entre otros, que traerán a Barcelona un total de más de 520.000 pasajeros a bordo.
Entre las novedades de Costa de cara a 2015 destaca el Costa Diadema, el nuevo buque insignia de la naviera, que ofrecerá salidas semanales desde Barcelona.
Por otro lado, durante la temporada de invierno y primavera 2016, el Costa Fascinosa también deleitará con un itinerario de 8 días y 7 noches con salida desde Barcelona, recorriendo las maravillas del Mediterráneo occidental y haciendo paradas en enclaves como Palma, Palermo o Savona, entre otros. Igualmente, durante los meses de verano de 2016, este mismo buque zarpará desde Barcelona para ofrecer un nuevo y divertido itinerario de 8 días y 7 noches de duración, con escales en Ibiza, Palma y Palermo, entre otras paradas. Además de cara al 2016, Costa aumenta también su compromiso con la conectividad aérea entre las diversas ciudades españolas y un acuerdo con la marca líder Renfe, aportando mayor comodidad hasta sus puertos de embarque como el de Barcelona.
¿Por qué destina Costa en 2014 al nuevo Costa Diadema este mercado? ¿Los nuevos buques que se incorporarán en 2018-2020 también cubrirán este mercado?
El hecho de que la naviera posicionara al nuevo y lujoso Costa Diadema a este mercado no es sino otra muestra más de su compromiso con el mercado europeo, y especialmente con el español. Ya desde su presentación en noviembre de 2014, el Costa Diadema fue destinado al Mediterráneo occidental, con salidas semanales desde Barcelona y Palma de Mallorca, todos los lunes y martes, respectivamente, en cómodos itinerarios de 7 días y haciendo vivir una experiencia única y acercando a sus huéspedes el auténtico sabor de la calidad y la excelencia italiana que caracteriza a Costa.
Asimismo, el posicionamiento del nuevo buque en el Mediterráneo occidental es también una respuesta a la cada vez más creciente demanda de cruceros con este recorrido. En cuanto a los nuevos barcos de Costa, aún no se dispone de la información sobre los itinerarios que realizarán.
 
Emiliano González, Director General MSC en España
Importancia de los cruceros de 7 noches desde Barcelona para MSC.
Los cruceros desde Barcelona siempre han sido 100 % estratégicos para la compañía desde nuestros inicios. En nuestros itinerarios al menos hay una escala durante las 52 semanas del año, y un segundo barco entre marzo y noviembre.
Evolución histórica de este producto. Desde los tiempos del Symphony en 1995 ¿Cómo ha evolucionado el producto MSC de 7 noches desde Barcelona: itinerarios, oferta, buques, etc?
MSC siempre ha estado presente en Barcelona. Conforme nuestra flota se incrementaba, nuestra presencia se incrementaba. Barcelona tiene importancia como puerto de escala primordial. Es el primer puerto de cruceros de Europa. Es un puerto muy demandado por europeos. Como puerto de embarque es vital para el mercado español, y también para segundos mercados que inician su crucero en Barcelona utilizando el avión. También es cada vez mayor el número de noches adicionales pre y post crucero.
Datos sobre este tipo de crucero: pasajeros embarcados en 2015 en cruceros 7 noches desde Barcelona, porcentaje de vuestra facturación que suponen estos cruceros.
MSC no facilita datos financieros. Sólo enfatiza la importancia del puerto y de la ciudad para sus cruceros por el Mediterráneo.
Novedades 2016 en cruceros desde Barcelona. En el verano 2016 harán escala en Barcelona el MSC Fantasia y el MSC Poesía, dos escalas semanales.
En el próximo invierno, desde noviembre de 2015 a abril de 2016, el MSC Preziosa ofrecerá escalas semanales en Barcelona. A partir de noviembre de 2016, un buque de la clase Fantasia ofrecerá cruceros desde Barcelona.
¿Por que destina MSC en 2017 al nuevo MSC Meraviglia a este mercado?
Tras su entrega en 2017 el MSC Meraviglia hará escala en Barcelona todas las semanas. Es la prueba más importante de la importancia de Barcelona. El buque más nuevo de la compañía siempre hace escala en Barcelona.
 
Elena Domínguez, Directora de Marketing y Comunicación de Royal Caribbean para España y Francia
Importancia de los cruceros de 7 noches desde Barcelona para RCI.
Barcelona ha sido desde siempre un puerto de referencia para Royal Caribbean en Europa y los cruceros de siete noches son nuestro producto más demandado desde la Ciudad Condal. Algo que ha quedado demostrado este año con la decisión de la compañía de posicionar el barco más grande del mundo, el Allure of the Seas y el año que viene a su gemelo el Harmony of the Seas que , además, será inaugurado en dicho puerto.
No obstante, tenemos también cruceros de 10 y 12 noches que permiten descubrir  destinos como las Islas griegas con más tiempo y detalle, y haciendo itinerarios únicos como el que propone el Brilliance desde Barcelona o el Rhapsody of the Seas desde Roma.
Evolución histórica de este producto. Desde los tiempos del Splendour OTS en 1997 ¿Cómo ha evolucionado el producto RCI de 7 noches desde Barcelona: itinerarios, oferta, buques, etc?
Nuestros mejores barcos han realizado cruceros de 7 noches desde Barcelona desde 1996. El Voyager of the Seas, el Liberty of the Seas, el Allure of the Seas y el Harmony of the Seas son la prueba de la demanda y aceptación de este tipo de producto, que ha ido en aumento año tras año y que se ha ido adaptando a nuestro público y  superando sus expectativas.
Aunque los itinerarios han variado ligeramente durante todo este tiempo, los cruceros de siete noches desde Barcelona continúan siendo el producto ideal para descubrir los puertos más representativos del Mediterráneo y las vacaciones favoritas de nuestros pasajeros españoles.
Datos sobre este tipo de crucero: pasajeros embarcados en 2015 en cruceros 7 noches desde Barcelona, porcentaje de vuestra facturación que suponen estos cruceros.
Este año, cuando el Allure of the Seas regrese al Caribe, más de 157.000 pasajeros habrán embarcado en él desde Barcelona. (No podemos facilitar porcentaje de nuestra facturación, ya que al cotizar en bolsa no tenemos los datos aislados).
Novedades 2016 en cruceros desde Barcelona.
Nuestra principal novedad es, como ya hemos mencionado anteriormente, el Harmony of the Seas. El que será el NUEVO barco más grande del mundo,  que actualmente se está construyendo en los astilleros STX de Saint Nazaire, se estrenará en Barcelona donde tendrá su puerto base desde primavera hasta el otoño de 2016.
¿Por que destina RCI en 2016 al nuevo Harmony OTS a este mercado?
Royal Caribbean ha apostado desde siempre por el Mediterráneo y Barcelona. Desde que en 1996 trajera el Splendour of the Seas, los barcos más representativos de su flota han tenido su base en la ciudad o han hecho escala. La llegada en 2016 del Harmony of the Seas, confirma esa apuesta que no habría sido posible sin la aceptación del mercado español, que continuamente ha demandado más y mejores experiencias vacacionales y ha sabido valorar nuestro producto.
 

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