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REPORTAJESArtículosCosta Cruceros, 70 años de historia

Costa Cruceros, 70 años de historia

En agosto de 1924, los hermanos Federico, Eugenio y Enrico Costa compraron su primer buque, el vapor Ravenna, un pequeño carguero construido en Escocia. Fue el comienzo de una de las marcas más reconocidas en el mercado naviero mundial.

Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews
También disponible de forma independiente

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Hace aproximadamente setenta años, los hermanos Costa entraron en el tráfico de línea de pasajeros con el Anna C, con el que comenzaron a cubrir una línea regular de pasajeros entre Italia y América del Sur. A los pocos meses le siguió el Andrea C. En 1959, el Franca C hizo historia convirtiéndose en el primer buque de la compañía explotado exclusivamente en cruceros, basado en Florida.

En las siguientes décadas, Costa se convirtió en el principal armador europeo de cruceros, y en una de las principales referencias a nivel mundial del sector. Tras su adquisición por el grupo Carnival en 1997 llegó una segunda época dorada de apogeo, con la introducción continuada de sus megabuques en Europa, seguida de un asalto masivo al mercado chino. Si hace setenta años los armadores Costa enviaban a Sudamérica a los buques veteranos que habían sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial, hoy introducen embarcaciones como el Costa Smeralda, un buque 100% GNL, para competir por el Mediterráneo y otros destinos.

Tradición
Costa se especializó en la compra del aceite de oliva bruto en los países del Mediterráneo para exportarlo a ultramar. La expansión lógica de este negocio en las primeras décadas de siglo XX fue su entrada en el sector naviero. Así, en 1924 adquirió el Ravenna, utilizado para el abastecimiento de materias primas en los mercados del Mediterráneo oriental, y en 1928 se le unió el Langano.

Con el Enrico C, Costa popularizó los cruceros desde Barcelona en España.

En los años treinta, los hermanos Costa comenzaron a bautizar a sus buques con los nombres de la familia: Federico (1931), Eugenio y Enrico (1934), Antonietta, Beatrice y Giacomo (1935). A comienzos de la Segunda Guerra Mundial su flota estaba compuesta de ocho buques, que arqueaban 27.534 toneladas brutas.

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Al final de la contienda sólo sobrevivió el Langano, pero Costa reanuda su actividad como armador comprando otros barcos de segunda mano para sus líneas de cabotaje. Sin embargo, la crisis económica de post guerra y el flujo migratorio hacia el Nuevo Mundo captaron la atención de la familia Costa, que decidió entrar en el tráfico transatlántico de pasajeros. En 1947, el Maria C embarco los primeros pasajeros hacia el Rio de la Plata. Pero quizás el hito fue la entrega en 1948 del Anna C en Génova. Como sus compañeros de flota, era una conversión, pero Costa quería algo más que un buque para transportar emigrantes. Empleó a Nino Zoncada para que diseñara el proyecto de interiorismo del buque; se instaló una piscina; todos los espacios de primera clase tenían aire acondicionado, lo mismo que los salones de 2ª clase; y sólo transportaba a 800 pasajeros. El Andrea C sufrió una transformación similar, y ambos comenzaron a cubrir las rutas a Sudamérica.

Costa Armatori inventa el crucero de siete días
La Linea C comenzó a usar sus barcos de pasajeros como cruceros durante la temporada baja del servicio regular entre el Mediterráneo y Sudamérica.
En lo que es el primer precedente de crucero redondo por el Mediterráneo Occidental, el 23 de agosto de 1952 llegaba a Barcelona procedente de Génova y Cannes el Andrea C, con 480 pasajeros que disfrutaron de un crucero de una semana de duración: Génova, Cannes, Barcelona, Palma, Argel, y de vuelta a Génova.

Costa Cruceros comenzó en 1989 a cotizar en la Bolsa de Milán.

En 1953, el Franca C, tras una amplia reforma, abrió una nueva ruta hacia Venezuela y las Antillas. Sin embargo, sólo seis años más tarde, Costa retiró a ese buque de esa línea regular de pasaje y lo reconstruyó como crucero de turismo. El declive de la emigración italiana fuera de Europa significaba que sobraban buques y había que darles salida. El Franca C fue realmente el primer buque de cruceros de la compañía y un hito en la transformación de este armador en la primera naviera totalmente dedicada a los cruceros. Además de una amplia cubierta lido, ofrecía el 100% de los camarotes con cuarto de baño, estaba completamente climatizado, etc. La reforma del Franca C, diseñada por Nino Zoncada, fue terminada en julio de 1959, fecha en la que inició su primer crucero en el Mediterráneo y Mar Negro. El 6 de agosto de 1959, el Franca C escaló en Barcelona, y un día después en Palma en su primer viaje de crucero, repitiendo esas mismas escalas ese año en varias ocasiones. Sin embargo, no eran escalas regulares, ya que la duración de los cruceros era muy variada.

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Al final de esa temporada de verano, Costa decidió ofrecer cruceros cortos en invierno desde Florida al Caribe utilizado también el Franca C. Fue su primer buque en operar desde Estados Unidos. Alli también Costa fue un verdadero pionero. Después de esta temporada invernal hizo un crucero trasatlántico de regreso a Italia. Así, cada año, el Franca C cruzaba el Atlántico en otoño hasta Miami, y volvía a Génova en verano.
Aunque el que realmente empezó los cruceros regulares durante una temporada completa fue el Anna C (que había realizado su primer crucero en 1953), otro buque de la línea Italia-Caribe al que Costa tuvo que buscar empleo ante el declive de la emigración italiana. El Anna C fue reformado en 1959 y en 1960 ofreció una tímida temporada en el Mediterráneo de dos meses. En el invierno 1963-64 acompañó al Franca C desde Fort Lauderdale brindando cruceros cortos a las Bahamas. Y en junio de 1964, Costa comercializó en el Anna C la primera serie de cruceros con un itinerario idéntico de siete días de duración por el Mediterráneo, con el siguiente recorrido: jueves en Génova, Bastia/Cannes, sábado en Barcelona, domingo en Palma, lunes en Túnez, martes en Palermo y miércoles en Nápoles. Un programa que, con ligeras variaciones, sería con el tiempo un clásico de Costa y de otras navieras. Ese año, el Anna C ofreció un total de dieciséis salidas, desde el 25 de junio al 8 de octubre de 1964.
Se podía embarcar en los tres puertos italianos: Génova, Nápoles y Palermo, un novedoso interporting allá por 1964; y sus casi 400 pasajeros podrían realizar interrupciones del crucero opcionales para disfrutar de estancias en los distintos puertos. En 1966, su temporada mediterránea ya era de seis meses.

En 1947 Costa embarcó sus primeros pasajeros en el María C.

Durante estos años, el Anna C comenzó a ser vendido en el mercado español, tanto a pasajeros individuales, como en fletes de buque completo. En 1969, por ejemplo, fueron los distribuidores de Zanussi los que disfrutaron de un charter completo del buque. El Anna C se mantuvo en esta ruta durante seis años, hasta 1969, año en el que fue relevado por el Franca C.
En 1970 la temporada de cruceros de siete noches se la repartieron entre el Andrea C y el Enrico C. Ese año el itinerario de siete noches de Costa incluía salidas desde Barcelona desde el 10 de mayo al 4 de octubre, y escalas en Palma, Argel, Túnez, Palermo, Nápoles, Génova/Cannes y Barcelona.

Incremento de la flota
Además de las mejoras técnicas, como el aire acondicionado, Costa comenzó a cuidar en esos años los ambientes de los salones a bordo, creando entornos confortables y elegantes, a lo que había que sumar el servicio impecable, la hospitalidad, y las recetas de la mejor gastronomía italiana.

En 1997, Costa Cruceros fue adquirida por Carnival Corp y Airtours.

Esta preocupación por la decoración fue resaltada por Giò Ponti, director de la revista Domus, que dedicó su atención al tema naval resaltando los aspectos arquitectónicos y decorativos de la flota Costa. Una preocupación que todavía hoy continúa vigente. Además de las incorporaciones descritas anteriormente, la flota se incrementa en los años cincuenta y sesenta con buques como el Bianca C (el primero con camarotes en balcón a comienzos de los sesena), el Enrico C, el Andrea C, el Flavia, el Fulvia y el Carla C. El primer buque construido para Costa llega en 1958 desde los astilleros genoveses de Ansaldo: el Federico C, otro diseño de Nino Zoncada, todavía está subdividido en tres clases, pero todas con su propia piscina.

El Enrico C, un clásico durante treinta años
Pero el desarrollo de los cruceros Costa en el Mediterráneo está ligado al Enrico C. Ya en 1970 estuvo escalando semanalmente en Barcelona y Palma, compartiendo temporada con el Andrea C. Desde entonces y hasta 1989, durante casi veinte años, fue un visitante asiduo de la Ciudad Condal, ofreciendo siempre su habitual crucero de siete días. Fueron años muy duros para la industria del crucero: cuando estaba despuntando el crucero de masas en Europa tuvo lugar la crisis del petróleo de 1973, lo que llevó a Costa a anular estos viajes en 1973 y 1974. Entre el 1 de junio y el 12 de octubre de 1975, el Enrico C volvió a escalar todos los domingos en Barcelona, manteniendo su itinerario de histórico con escalas en Palma, Túnez, Palermo, Nápoles y Génova/Cannes. Pero a finales de los años setenta, Costa ya planeaba un incremento considerable en la oferta del crucero de 7 noches desde Barcelona, con la incorporación del Angelina Lauro.

1964 fue la primera temporada con cruceros regulares de Costa con escala en Barcelona con el Anna C.

Desde 1981 a 1989, Costa ofreció de junio a octubre una temporada de cruceros de siete noches desde Barcelona, por el Mediterráneo Occidental. Sin embargo, no incrementó la oferta porque destacó siempre al mismo buque: el eterno Enrico C, y sólo oferto temporadas con alrededor de veinte rotaciones. Si los años setenta fueron duros para Barcelona por la crisis del petróleo, los ochenta no le fueron a la zaga. Sólo Costa y Grimaldi brindaban cruceros por el Mediterráneo occidental.

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Costa también fue pionero, junto a otros armadores griegos, en brindar cruceros por el Mediterráneo Oriental. El 4 de febrero de 1971, el Franca C partió de Venecia comenzando una serie de cruceros a destinos como Katakolon, Estambul, Kusadasi, Rodas, El Pireo, Corfu y Dubrovnik.

El barco del futuro
El éxito de los cruceros Costa llega al punto que en 1964 la compañía encarga la construcción del Eugenio C, un buque que se convirtió en el símbolo de la compañía durante décadas. Como muchos otros construidos en los años sesenta (Sagafjord, Queen Elizabeth 2), fue diseñado por Nino Zoncada y Matteo Longoni tanto para el tráfico de línea de pasaje, como para cruceros. Fue denominado como “el barco del futuro” por sus instalaciones y su diseño. Destacaba por tener todos los salones en una única cubierta, o por el hecho de ser uno de los primero buques cuya decoración se concibió en torno a un tema: las piedras preciosas. Fue entregado en 1966, y su primer gran crucero comenzó el 9 de enero de 1967, una periplo alrededor de África de 34 días.

Flota actual: 14 buques. Nuevos buques: 4 buques másde aqui a 2021, 2 de ellos para el mercado chino.

En 1967, la naviera cambia su denominación y se crea Costa Armatori. Una de sus primeras decisiones es reforzar su presencia en el mercado norteamericano con el Carla C y el Flavia. El pionero Franca C, en 1968 inaugura la fórmula de viaje “fly+cruise”, destinada a cambiar completamente el modo de concebir los cruceros. Por esos años, Costa era ya un operador de cruceros global, líder en el Mediterráneo, en el Caribe y en Sudamérica. También comenzó a brindar cruceros largos, como la Vuelta al Mundo del Eugenio C en 1977. O el famoso crucero de agosto del Eugenio C, de un mes de duración, como el que brindó en 1980 desde Barcelona al Caribe, con trece escalas.
Y tal como ocurrió en décadas anteriores, el armador genovés no desaprovechaba ninguna ocasión en los años setenta para enriquecer su flota, comprando o fletando nuevos buques: así llegaron los legendarios Daphne y Danae, unos buques de lujo que supusieron la punta de lanza de Costa en el mercado emisor norteamericano, brindando cruceros por el Caribe en invierno, y temporadas de verano en Alaska, Europa, etc. También convierte sus buques a este nuevo tráfico: sólo diez años después de su entrega, en 1968, el Federico C fue transformado en buque de cruceros y destinado al Caribe.
La última salida de línea regular del Eugenio C a Sudamérica tuvo lugar en 1982. Desde entonces la actividad de la compañía se centró en los cruceros, y esta situación se reconoció formalmente en 1986, con el cambio de denominación social a Costa Crociere.

Costa inicia la transición
En 1990 fue un año emblemático. Costa decidió potenciar su oferta en el Mediterráneo y rompió por primera vez la dinámica de utilizar buques viejos en ese destino. Decidió utilizar su unidad más moderna: el Costa Marina. Tras años de estancamiento, los años noventa cambiaron esa tendencia. El Costa Marina, capaz para 800 pasajeros, sólo estuvo tres años ofreciendo escalas semanales los lunes desde Barcelona, para ser sustituido en 1993 por otra unidad aún más grande y moderna, el Costa Classica, de 1.200 pasajeros de capacidad. Ese mismo año se produce otro hito: Costa además abrió oficinas propias en España y disolvió su asociación con Ybarra. El primer resultado fue un marketing y una comercialización mucho más agresiva.

Costa fue un armador pionero en ofrecer cruceros desde Venecia.

Al año siguiente le llegó el turno a su gemelo, el Costa Romántica, que se mantuvo en la ruta durante seis temporadas hasta 1999. Entre el primer año del Costa Classica (1993) y el último del Costa Romantica (1999), Barcelona había pasado de 152.082 a 541.596 pasajeros, con un incremento superior al 350%. El principal culpable fue evidentemente Costa Cruceros.

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En los años noventa la industria de los cruceros entró en una espiral de nuevas construcciones y concentración del mercado que chocaron con el modelo tradicional de Costa. El declive fue evidente y pasó de armar catorce buques (seis de ellos fletados) a mediados de los setenta, a sólo cinco buques en 1985. Eran los años del “cruising italian style”, ideada para capitalizar su posición como único armador transalpino en Estados Unidos. En 1985 se convirtió en uno de los primeros armadores en incorporar su propio nombre en los de sus buques, con el Costa Riviera, una estela que otros muchos han seguido con posterioridad.

Costa Cruceros es líder indiscutible del mercado chino de cruceros.

En 1989, Costa Crociere comenzó a cotiza en la Bolsa de Milán para financiar un ambicioso programa de expansión de la flota a comienzos de los noventa: el Costa Allegra, el Costa Classica, el Costa Romantica y el espléndido Costa Victoria. En julio de 1990, Costa y Sovcomflot formaron Prestige Cruises para gestionar cuatro buques en el mercado Premium, pero los resultados no fueron los esperados. En 1993 llegaron los buques de Paquet Cruises, tras la compra del negocio de cruceros de los grupos franceses Chargeurs y Accor. Y los buques más antiguos de la compañía fueron vendidos a otros armadores o desguazados, incluyendo el Eugenio Costa. Otra decisión estratégica fue salir de destinos tradicionales como el Caribe (en el verano 1993 no hubo buques Costa en ese destino), o Alaska, que se comercializó por última vez en 1994. Además de Cuba en 1995 con el Costa Playa, también se abrieron nuevos destinos como Escandinavia en el verano de 1993, con el Daphne y el Enrico Costa basados en Amsterdam.

Compra por Carnival
Tras un intento de compra por parte de Royal Caribbean en 1995, en 1997 Costa Crociere fue comprada por Carnival Corp y la mayorista británica Airtours, quedándose cada uno con el 50% del armador trasalpino. Este acontecimiento supuso un enorme aumento de la capacidad de inversión de la compañía genovesa, pero sus nuevos dueños decidieron mantener inalterada la identidad de la empresa italiana. Se diseño un ambicioso plan de flota, con la previsión de trece nuevos barcos entre 2000 y 2012, por una inversión total de 5.500 millones de euros. Existieron varias razones para esa expansión: Carnival quería entrar en Europa y convertirlo en su segundo mercado emisor; uso el enorme fondo de comercio de Costa, una de las marcas mas reconocidas de cruceros en Europa, y la asoció con barcos diferentes y únicos, de diseño espectacular.

El Eugenio C fue famoso durante décadas por sus laureados cruceros de Agosto, de un mes de duración.

En julio del 2000 llegó el Costa Atlantica, el nuevo buque insignia que se inauguró en Venecia, abriendo una nueva página en la historia de la sociedad. Fue entonces el barco de pasajeros más grande de la historia de la marina italiana, con cabinas mayoritariamente con balcón, y una serie de ambientes y de atmósferas en sus salones producto de Joe Farcus, que sorprendieron a los puristas de la compañía, pero que lograron atraer a nuevos segmentos de pasajeros. La llegada de Costa Atlántica marca también el retorno de la bandera tricolor, tras un paréntesis de unos diez años, a los mástiles de la flota Costa. Su gemelo, el Costa Mediterránea, se incorporó en 2003. Para acelerar la expansión Costa, llegaron dos buques de otras sociedades de Carnival Corp. Como el Costa Tropicale (ex Tropicale) en 2001, o el Costa Europa (ex Westerdam) en 2002.

2000. Costa oferta dos buques desde Barcelona
En el 2000, Costa decidió apostar fuerte por el Mediterráneo occidental por la inestabilidad política en otros destinos, como el Adriático. Además era Año Santo. Costa decidió tener dos buques semanales en ese destino: el Costa Victoria, de 2.000 pasajeros de capacidad, y el Costa Riviera. Además introdujo por primera vez la escala de Civitavecchia, y uso Savona como puerto base en Italia del Riviera. La jugada fue exitosa y al año siguiente se repitió la oferta. El Costa Riviera fue sustituido en 2002 por el Costa Tropicale, mientras el Costa Victoria se mantuvo hasta 2003, pero ese año su compañero fue el Costa Mediterránea. Ese año Barcelona pasó por primera vez del millón de cruceristas.

El Franca C ofreció en 1959-60 la primera temporada de cruceros Costa desde Florida.

En septiembre de 2000, Carnival Corp compra a Airtours su 50% de Costa, convirtiéndose así en accionista único. Este hecho supuso un mayor impulso a los programas de expansión de la sociedad. Así, en octubre, sólo un mes después, se anuncia un acuerdo con Fincantieri para la construcción en Génova de dos barcos de 102.600 gt y capacidad para 3.470 pasajeros, que fueron entregados como Costa Fortuna y Costa Magica, a finales de 2003 y a finales de 2004 respectivamente.

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Con estos nuevos mimbres, 2004 fue otro año muy singular para Costa. Por primera vez utilizó el nuevo Costa Fortuna, su primer postpanamax, en el Mediterráneo occidental desde Barcelona. Por otro lado, Costa destacó por primera vez tres buques en este destino: además del Magica, el Costa Classica también ofrecía rotaciones semanales, mientras que el Costa Tropicale llegaba cada quince días a Barcelona. También se convirtió en el primer megabuque que permaneció todo el año en el Mediterráneo occidental, pero ofreciendo cruceros largos a destinos como Canarias o Tierra Santa.
Al año siguiente, 2005, fueron dos los megabuques, con la incorporación del Costa Mágica en lugar del Costa Classica. Desde entonces, Costa siempre ha destacado dos postpanamax de más de 100.000 toneladas en el mercado de crucero de siete noches desde Barcelona. La incorporación de estos megabuques tuvo un importante efecto en las cifras de Barcelona: se pasó del millón de pasajeros en crucero en 2003, a 1,2 millones en 2005 y 1,4 millones en 2006, nuevamente gracias a Costa en su mayor parte.

Gestión de puertos y terminales
Costa fue uno de los primeros armadores en trasladar la importancia del embarque y desembarque del crucero, enfatizándolo como una parte integrante del mismo, lo que generó la necesidad de construir sus propias terminales. Tras abandonar Génova como puerto base en Italia, en noviembre de 2003 se inaugura en Savona el Palacrociere, la primera terminal de cruceros cofinanciada y gestionada por Costa. El 24 de abril de 2007 se inauguró el nuevo Palacruceros, una terminal propia en el puerto de Barcelona, también completamente financiada y dirigida por Costa.

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En 2004, se produjo la integración de la marca alemana de Carnival Corp, Aida, en Costa Cruceros. Así comenzó un crecimiento imparable que ha convertido a Aida en líder indiscutible del mercado teutón.

Costa Cruceros recuperó en 2011 los cruceros Vuelta al Mundo.

Tras los dos primeros panamax, Costa Cruceros encargó otros tres de un diseño adaptado completamente al mercado europeo, de 114.500 gt y 3.780 pasajeros de capacidad. Así llegaron el Costa Concordia en 2006; el Costa Serena, en 2007; y el Costa Pacífica en 2009. Posteriormente, en octubre de 2007, Costa anunció el encargo a Fincantieri de otras dos unidades de ese diseño de 114.500 gt, que fueron entregados a la compañía en la primavera de 2011 y 2012 como Costa Favolosa y Costa Fascinosa, respectivamente. Por último, en junio de 2006, Costa encargó a Fincantieri dos nuevos barcos de 92.700 toneladas que fueron construidos en Marghera: el Costa Luminosa y el Costa Deliziosa, que entraron en servicio en 2009 y 2010, respectivamente.
Al mismo tiempo, las unidades más antiguas salían de la flota. En octubre de 2005, el Costa Tropicale pasó a otra marca de Carnival Corp, P&O Australia. Y el Costa Europa fue vendido en 2010 a Thomson Cruises. Y en 2007 llegó Ibero Cruceros, la Joint Venture entre Costa Cruceros y la Corporación Orizonia, que operó en el mercado español hasta su cierre en 2014.

Nuevos destinos
En 2006, Costa anunció su expansión en el Golfo Pérsico, confirmando su vocación internacional. Tras un crucero desde Savona, el Costa Classica comenzó su primer crucero desde Dubai el 23 de diciembre de 2006. Fue un itinerario redondo de siete noches. También debut esa temporada el AidaCara. La temporada siguiente Costa destino dos buques, el Costa Romantica y el Costa Europa, y desde entonces ha cubierto ese destino ininterrumpidamente todos los inviernos. En 2011 fue el primer operador que comercializó un post panamax en ese destino, con la temporada del Costa Favolosa. Y en 2019 se cumplirán trece temporadas ininterrumpidas en ese destino.
En febrero de 2007, Costa anunció un nuevo y exclusivo itinerario: cruceros por el Océano Indico desde Mauricio con el Costa Marina. El invierno siguiente le sustituyó el Costa Europa, y en la temporada 2009-2010 el Costa Romántica, que junto a su gemelo han cubierto ese destino hasta nuestros días, con la sola excepción del invierno 2013-2014. En el invierno 2016-2017, Costa Cruceros abrió otro destino en esa área con los cruceros pendulares Mumbai-Mahe del Costa Neoclassica.

A la conquista de China
Pero la mayor apuesta de Costa Cruceros ha sido, sin duda alguna, Asia, y en particular, China. En enero de 2006 se anunció que el Costa Allegra iba a ofrecer cruceros entre Hong Kong y Bombay desde mayo de ese año; en febrero le tocó el turno a los cruceros de su gemelo Costa Marina en el invierno 2006/2007 desde Singapur, y en marzo se anunció que el Costa Allegra iba a ser basado en Shanghai desde julio tras una reforma. También se abrieron entonces oficinas en Shanghai y Hong Kong. Por fin, el 3 de julio de 2006, el Costa Allegra inauguró la International Cruise Terminal de Shanghai.

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En diciembre de 2007, Costa anunció la incorporación de un segundo buque en China, el Costa Classica, desde marzo de 2009. En junio de 2010, con la incorporación del Costa Romantica, el entonces presidente de Costa, Gianni Onorato, indico que el crecimiento del mercado era “una recompensa por sus inversiones pioneras”. De 2006 a 2010 Costa había quintuplicado su capacidad.

Costa Smeralda, que comenzará a operar en octubre de 2019, será a su entrega el segundo prototipo más grande del mundo.

Debido a la crisis económica, Costa Cruceros decidió reducir su flota en Asia a la mitad, enviando de vuelta a Europa al Costa Romantica en 2011. Pero en junio de ese año se hizo púbIico que, en mayo de 2012, Costa expandiría de nuevo su capacidad un 40% con la llegada del Costa Victoria. Y durante la presentación de ese buque, Costa hizo público que había transportado más de 350.000 pasajeros en China desde 2006, y que otro panamax, el Costa Atlántica, acompañaría al Victoria en 2013.
Con ocasión de la primera escala en Singapur del Costa Atlántica se hizo pública la creación de Carnival Asia, el filial de Carnival Corp liderada por Pier Luigi Foschi para impulsar el desarrollo de la compañía en ese continente. Y en 2014, Costa lanzó el primer crucero vuelta al mundo para el emisor chino en el Costa Atlántica, que zarpó el 22 de marzo en Shanghai.
El Costa Serena se incorporó en la primavera de 2015, y el Costa Fortuna un año más tarde, llevando la flota Costa basada en China a cinco buques, convirtiéndose un líder absoluto en ese mercado emisor. En 2019 llegará el Costa Venezia, el primer buque Costa específicamente diseñado para ese mercado. Un segundo buque, aún sin bautizar, le seguirá en 2021.
El 29 de diciembre de 2011 tuvo lugar otro hito: el primer crucero Vuelta al Mundo de Costa Cruceros en 17 años. Siguiendo la tradición del Eugenio C o del Danae, el Costa Deliziosa zarpó Savona para visitar treinta y siete puertos en cinco continentes, durante 100 días. Desde entonces, y hasta 2019, Costa Cruceros ha brindado ocho circunnavegaciones, siempre en el Costa Deliziosa o en su gemelo Costa Luminosa.

Entre el año 2000 y el 2014, Costa Cruceros incorporó doce nuevos buques a su flota, que es una de las más modernas hoy en día

Otra iniciativa de Costa a partir de 2014 fueron los itinerarios “neoCollection”, a bordo de Costa neoRiviera y del Costa neoRomantica. La idea era destinar los buques más pequeños de la flota Costa a esta iniciativa, con nuevos destinos fuera de las rutas convencionales e inaccesibles a los buques mas grandes. Se ofrecían escalas mas largas en puerto, con foco en la inmersión en destino con excursiones facultativas para pequeños grupos y en la gastronomía local. Sin embargo, la apuesta de Costa Cruceros por lo megabuques y por China acabó con esta opción.
En el 2006 Costa explotó al Costa Concordia por primera vez en cruceros de siete noches desde Barcelona. En esa primera temporada escalaba en Barcelona los lunes, y luego continuaba a Palma, Túnez, Valletta, Palermo, Civitavecchia y Savona, un itinerario muy parecido al que comenzó a brindar el Anna C en 1964. El Concordia sólo abandonó el Mediterráneo en el invierno 2009/2010. Fue durante seis temporadas la referencia de la naviera de Génova en la Ciudad Condal, siempre acompañado durante el verano de alguno de sus gemelos: en 2006 y 2007, el Costa Fortuna; en 2008 el Costa Magica; en 2009 y 2010, el Costa Pacifica; y en 2011, el Costa Serena. En ese 2011, nuevamente la inestabilidad política de norte de África, unido a la guerra de precios en el sector, llevan a Costa a destacar a dos de sus mejores buques a ofrecer cruceros de siete noches desde Barcelona, una ruta segura, atractiva y muy asequible a los mercados emisores europeos.

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En el invierno 2010-2011, Costa decidió apostar por primera vez por los cruceros de siete noches en invierno, usando el Costa Mágica, con un itinerario de invierno muy atractivo, con escalas en Barcelona, Marsella, Savona, Civitavecchia, Palermo, Túnez y Palma. En la temporada siguiente, el buque escogido para esta temporada invernal fue el Costa Concordia. Y fue precisamente en uno de estos cruceros, donde tuvo su fatal accidente cerca de la Isla de Giglio, el 13 de enero del 2012. En los siguientes inviernos fue sustituido sus gemelos (Costa Pacífica, Costa Serena, etc) hasta llegar a la temporada 2014-2015, en el que le toco el turno al nuevo Costa Diadema.
En 2012, Costa mantuvo al Costa Serena, mientras que el Costa Neoromantica, y luego el Costa Mágica cubrieron los itinerarios mediterráneos.  En julio de ese año se produjo un relevo en la presidencia de Costa Cruceros: se retiró Pier Luigi Foschi, que fue reemplazado por Michael Thamm, que anteriormente era el presidente de AIDA Cruises.

Costa es pionero en el uso de gas licuado para la propulsión de sus buques.

En 2013 fue el Costa Favolosa el único postpanamax del armador transalpino con escala semanal en Barcelona todos los martes, con un itinerario que incluía escalas en Palma, Valletta, Catania, Nápoles y Savona. En julio y agosto el pequeño Costa Voyager suplementó todos los lunes la oferta de siete noches desde Barcelona de Costa, cuyo segundo postpanamax en el Mediterráneo occidental, el Costa Serena, no escaló en la Ciudad Condal ese año.
En 2014 Costa volvió a escalar dos veces a la semana en Barcelona, los martes con el Costa Favolosa, y los viernes con el Costa Serena. El primero cambió su itinerario en verano introduciendo la escala de Ibiza, mientras que Serena cambiaba La Spezia por Palma en verano. Esta adaptación de las escalas según la estación es otra de las últimas novedades introducidas por Costa.
El último buque de Costa, el Costa Diadema, de 132.500 toneladas y 3.700 pasajeros, fue entregado en noviembre de 2014, y solo ha navegado en el Mediterráneo Occidental ofreciendo cruceros de siete noches, con escalas en Savona, Marsella, Barcelona, Palma de Mallorca, Nápoles y La Spezia. En la Ciudad Condal llega todos los lunes; y la oferta de Costa se complementa en verano con buques como el Costa Fascinosa. En 2017, Costa abrió un segundo puerto base en Cataluña con las escalas del Costa neoRiviera desde Tarragona, combinando el crucero con el disfrute de los parques temáticos de esa provincia.
En 2014 también se incorporó a Costa Cruceros Neil Palomba como vicepresidente, y un año más tarde fue promocionado a presidente. Bajo su mandato se han encargado los nuevos buques de Costa, y se han iniciado promociones como la de la “felicidad al cuadrado”, de la mano de Shakira.

Costa Smeralda, el primer crucero dirigido a múltiples mercados europeos
El pasado 13 de septiembre de 2017 se comenzó a cortar el acero del próximo buque almirante de Costa Cruceros, el Costa Smeralda, en el astillero Meyer Turku, en Finlandia. El nuevo barco de Costa Cruceros será el primero del armador propulsado por Gas Natural Licuado (GNL).
Costa Smeralda, que comenzará a operar en octubre de 2019, será a su entrega el segundo prototipo más grande del mundo, sólo por debajo de la serie Oasis de Royal Caribbean, con casi 190.000 toneladas de registro, más de 2.600 camarotes para un total de unos 6.600 pasajeros.

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Un segundo barco, gemelo del Costa Smeralda, será entregado por el mismo astillero en 2021. El contrato incluye también dos buques adicionales para la filial alemana de Costa, Aida, asi como varias opciones. Además, Costa Cruceros se está deshaciendo de las unidades mas antiguas de su flota, como el Costa neoClassica, que ha sido vendido y saldrá de la flota en marzo próximo.

Costa Smeralda. Comenzará a operar en octubre de 2019, será a su entrega el segundo prototipo más grande del mundo, sólo por debajo de la serie Oasis de Royal Caribbean, con casi 190.000 toneladas de registro, más de 2.600 camarotes para un total de unos 6.600 pasajeros.

Los dos nuevos barcos de Costa Cruceros estarán propulsados, tanto en puerto como en navegación, por GNL, el combustible más limpio del mundo, reduciendo de manera notable la emisión de gases de escape, particularmente óxidos de azufre, de nitrógeno y de partículas.
Junto a los catorce buques existentes, estas incorporaciones permitirán a Costa Cruceros consolidar su posición hegemónica en China, y luchar por la supremacía en Europa y Sudamérica, sus feudos mas tradicionales.

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