Viajar en crucero es una experiencia única que combina ocio, cultura y descanso en un entorno cambiante y compartido. Los cruceros son extremadamente seguros pero, como en todos los viajes, es mejor anticiparse para prevenir cualquier posible riesgo. Desde Quirónprevención, expertos en prevención y salud laboral, subrayan la importancia de preparar el viaje con antelación y conocer cómo actuar ante los posibles incidentes más comunes que pueden surgir cuando estamos fuera de casa.
Javier Doñas Beleña, enfermero de Quirónprevención, explica que “los viajes generan lo que llamamos una tormenta perfecta para la salud: los viajeros alteran sus rutinas, modifican horarios de sueño, cambian hábitos alimenticios y pueden incluso dejar de tomar su medicación habitual. Todo esto, unido al estrés del viaje y al jet lag, puede debilitar el sistema inmune y aumentar la probabilidad de incidentes médicos”.
Las infecciones respiratorias pueden producirse ocasionalmente cuando viajamos, además de algún problema intestinal relacionado con los cambios de dieta y hábitos higiénicos. El mareo por movimiento, puede afectar a la comodidad y la seguridad del viajero, mientras que las caídas y golpes , aunque no graves, son comunes, especialmente en zonas húmedas o resbaladizas.
Conocer los conceptos básicos de primeros auxilios puede hacer tu experiencia más fácil. Para cortes y heridas, Doñas Beleña recomienda lavar con agua y jabón, desinfectar, presionar si sangra y cubrir con un apósito estéril. “Si la herida es profunda o la hemorragia no cede, sería recomendable acudir al servicio sanitario”, enfatiza este especialista de Quirónprevención, compañía que desde hace años colabora con la Real Federación Española de Vela (RFEV) como Servicio Oficial de Prevención Médica. En caso de caídas o golpes, la atención inmediata es fundamental. Pérdida de conciencia, confusión, vómitos, dolor intenso o incapacidad para mover una extremidad son señales de alarma que requieren asistencia profesional sin demora, ya sea a bordo en los servicios médicos del barco o en la localidad en la que te encuentres si se está de visita o excursión.
El mal de mar y cómo prevenirlo
La cinetosis es uno de los problemas más temidos, aunque no es grave. Se produce por un conflicto entre las señales visuales y las sensaciones del oído interno: el cerebro percibe movimiento que los ojos no ven o viceversa. “La prevención es clave”, dice Doñas Beleña. “Elegir camarotes en cubiertas bajas y en el centro del barco ayuda a reducir el movimiento percibido. Además, mirar al horizonte recalibra el cerebro y disminuye el mareo”.
En cuanto a tratamientos, el dimenhidrinato —conocido como Biodramina— es eficaz y más si se toma antes de que aparezcan los primeros síntomas. También el jengibre, en caramelos o infusiones, ofrece un alivio natural de las náuseas, no solo para el mareo por movimiento, sino también para otras formas de malestar estomacal. Por el contrario, el consumo de alcohol no solo no ayuda, sino que puede empeorar el vértigo y la deshidratación, ralentizando la recuperación.
Preparación del viaje
Es fundamental que los pasajeros que tomen alguna medicación de forma habitual la lleven siempre en el equipaje de mano, nunca en la maleta facturada. De esta manera, se asegura acceso inmediato a los fármacos durante el viaje y en caso de retrasos o pérdidas de equipaje. Además, se recomienda llevar una cantidad suficiente para toda la duración del crucero, incluyendo algunos días extra, por si surgen imprevistos que prolonguen la estancia o dificulten la reposición de los medicamentos.
Para personas con asma, es imprescindible que viajen con la medicación de mantenimiento y que dispongan de inhaladores de rescate adicionales. Ante una crisis, es fundamental mantener una postura erguida y seguir las indicaciones del inhalador, y en caso de que no haya mejoría, se debe acudir al equipo sanitario del barco.
Las alergias graves requieren especial atención. Aunque los centros médicos en cruceros están altamente equipados y disponen de adrenalina, los pasajeros con alergias deben llevar siempre sus propios autoinyectores, preferiblemente dos. “El personal sanitario está capacitado para administrar adrenalina, pero la rapidez en la intervención depende también de que el paciente tenga su autoinyector disponible y conozca cómo usarlo”, apunta Doñas Beleña.
Atender a un paciente en alta mar no es lo mismo que en tierra. Los recursos son completos para urgencias, aunque no reemplazan un hospital. Por ello, la estabilización inicial y la coordinación con guardias costeras, servicios de rescate o telemedicina son esenciales para todas las compañías de cruceros, que cuentan con protocolos establecidos para solucionar cualquier situación médica que pueda darse durante el viaje. “La prioridad es mantener al paciente estable hasta llegar a puerto o completar una evacuación segura”, explica el enfermero.
Consejos prácticos para un viaje seguro y saludable
Quirónprevención recomienda varias medidas preventivas que pueden marcar la diferencia:
- Trasladar la medicación habitual en el equipaje de mano, en cantidad suficiente para todo el viaje y algunos días extra.
- Contratar un seguro de viaje con cobertura sanitaria y de evacuación.
- Mantener higiene frecuente de manos, sobre todo antes de comer, disponible en todo el entorno a bordo.
- Moderar el consumo de alcohol y asegurar una correcta hidratación.
- Utilizar calzado antideslizante en piscinas y zonas húmedas, tanto a bordo como en tierra.
- Informar a la tripulación sobre condiciones médicas relevantes, como alergias, intolerancias o enfermedades como asma o diabetes.
- Conocer la ubicación del servicio sanitario y los números de contacto de emergencia del camarote.
- Solicitar valoración médica ante cualquier síntoma persistente.
Viajar en crucero es una experiencia inolvidable, pero es recomendable hacerlo con una pequeña preparación y prevención. Tener presentes estos consejos de Quirónprevención, junto con la colaboración e indicaciones por parte del equipo a bordo, permite disfrutar del viaje con tranquilidad y seguridad, minimizando riesgos y reaccionando adecuadamente ante cualquier incidente. Como concluye Javier Doñas Beleña, “la prevención es siempre la mejor estrategia: un pasajero informado y preparado es un pasajero seguro”.
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